No hay más leña que la que arde, lo que hay es lo que hay y, seguramente, siguiendo con la colección de frases  hechas, tenemos lo que nos merecemos.

Los alemanes no son campeones de Europa, pero cada noche se van a dormir con unas tasas de paro que ya las quisiera yo para nuestra laureada España. Qué se le va a hacer, yo soy así de rara y entre la gloria y el pan de cada día, casi me quedo con lo segundo. Por eso, en esta Eurocopa, he pasado de la indiferencia al cabreo más absoluto.

Al principio, me resultaba hasta gracioso que la gente se entregara fácilmente al “pan y circo”. Luego, retuiteé una inteligente frase que, ante el dicho romano, se preguntaba que dónde estaba el pan en esta historia. El pan, y bien calentito, se lo llevan esos héroes nacionales a quienes por lo visto tanto debemos, pues han hecho que este país olvide la prima de riesgo y todo lo demás. Aunque vamos, no creo que les debamos eso, con lo que cobran… deben estar más que pagados, publicidades y extras a un lado.

Sinceramente, es muy, pero que muy triste todo lo que esta parafernalia ha sacado y suele sacar a flote cada vez que hay un evento futbolístico de este tipo. Para empezar, hay que padecer horas de televisión y ríos de tinta de mal periodismo, donde supuestos profesionales del medio, además de pegarle patadas al diccionario, llenan espacios con frases que además de mal construidas son verdaderas estupideces que no sé si merecemos escuchar. Aunque bueno, si tanta gente los sigue sin ningún tipo de problema, imagino que sí,  es merecido.

Por otra parte, hay que exponerse a auténticas explosiones del patriotismo más absurdo y el nacionalismo más cerril. Hay que denominarse español, cosa que cumpliendo determinados requisitos legales se da por hecho. Hay que pintarse la cara con los colores patrios, sacar una bandera y gritar como si te poseyera algún espíritu maligno. ¿Para qué? Para que tu patriotismo anime a unos jugadores que, por cierto, sin ánimo de ofender, públicamente muchos de ellos han manifestado más de una vez, y dos, que por encima del amor a la bandera nacional tienen amor a la de su comunidad. Cosa que no critico, tampoco yo me desvivo por la rojigualda pero sí me parece algo absurdo querer ser más papista que el Papa, sintiendo más los colores que los supuestos defensores de los mismos.

La verdad es que me cuesta sentir orgullo patrio. Más bien tengo vergüenza de ser española cuando acaban los partidos y, si no ponen a Manolo Escobar, ponen Paquito el chocolatero, que ahí está el príncipe Felipe para dar palmas. Total, la criatura es como el padre, disfruta mucho de estas cosillas.

También hemos tenido a otro representante de lujo, como Mariano, que con sus líos europeos y sus cosas, ha sacado el hombre un rato para estar ahí con Sara Carbonero, máxima representante del paradigma que promueve todo este circo. Estudia si eres lo suficientemente tonto para ir a la Universidad. La gente lista, o no acabará la carrera y vivirá de ser la novia del jugador de la selección, o será un jugador de la selección que, con la inteligencia justa para colar la pelotita, ganará más dinero que cualquier licenciado.

Levantan la copa mientras la gente en este país miserable se olvida de que, tras los domingos, vienen los lunes, y que ninguno de esos victoriosos jugadores le va a pagar a nadie la hipoteca o el recibo de la luz. Ninguno acabará con el paro. La selección no acabará con el incendio de Valencia. El triunfo no hará que mañana seamos menos pobres que hoy, pero eso a nadie le importa. Hoy todo el mundo será muy español, sin reflexionar ni una micra de segundo qué implica eso- Hoy muchos sienten una extraña superioridad moral ante el resto de países de Europa, aunque este continente se parezca cada vez más a la pobre Europa forzada por un dios transformado en toro.

Que nadie les engañe. Las ideas de Marx no se quedaron obsoletas, pero parece que necesitan una revisión: el opio del pueblo ya no es la religión, es el fútbol y los triunfos patrios, igual que la roja ya no es La Pasionaria.

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Técnica Superior en Integración Social, Graduada en Trabajo Social, Especialista Universitaria en Mediación, Máster Oficial en Género e Igualdad. Actualmente Doctoranda en CC. Sociales; investigadora...