El talento, el auténtico talento, ése que como la energía ni se crea ni se destruye, sólo se transforma, el talento es saber sobrevivir con los muchos o pocos dones que la creación le  donó  a cada uno, y aunque este talento no siempre sea digno de admirar, al menos si lo es de ser señalado.

Este caballero del que hoy me ocupo tiene un talento brutal. Sus méritos simplemente aún no se han conocido y puede que no se conozcan nunca, pues dudo ya hasta de que le tocara de pequeño un perrito piloto en alguna feria en su Olvera natal. Pero hay que decir en justicia, que pese a esos méritos que a mí me parecen desconocidos, el buen señor ha sabido capear el temporal como pocos. 

Agarrarse al manto debe ser un talento muy extendido en nuestro país en vista de cómo nos luce el pelo, pero Javier Arenas ha sabido destacarse por encima de la media. Gran baúl de juguetes rotos atesora el PP. Políticos como Hernández Mancha que, tras no cumplir expectativas, desapareció del panorama, o gente que se quemó hasta el límite, tal le ocurrió a Acebes… Y en medio de estructuras y reestructuras, Arenas ha aguantado en su palo sin inmutarse. ¿Cómo? Talento a raudales, no hay otra explicación.

Llegados a este punto, cuando hasta los más escépticos pensamos que el bueno de Javier iba a recibir el premio a la persistencia, que no a la calidad de su política, cuando parecía que al fin ganaría unas elecciones, se manifestó el deseo de Andalucía girando más aún a la izquierda si era posible en este diestro panorama nacional. Porque, digan lo que digan los peperos, a los que les conviene lo de la lista más votada hasta que les deja de convenir, como a todo el mundo, quien votó a IU quería manifestar una protesta a las políticas socialistas de los últimos tiempos, por supuesto, pero no habrá un votante de esta opción que no contemplara con buenos ojos la alianza que finalmente se produjo.

Quizás, más que criticar este pacto de gobierno, más de un gaviotero debería reflexionar que la peor campaña del señor Arenas Bocanegra se la hizo Mariano Rajoy, esbozando en sus primeros meses de mandato la que nos podía caer encima por el Sur si seguíamos la tónica nacional.

Y ahora, Mariano, el bueno de Mariano, que tiene un admirable talento para salir por peteneras a la primera de cambio, va y dice que Javier Arenas es imprescindible para el PP, que el partido lo necesita, que él, personalmente lo necesita. Aquí es ya donde me da la risa. Con la que está cayendo, ¿de verdad que el presidente del Gobierno necesita a Javier Arenas? Debe ser un chiste o algo.

A veces me da por pensar que este hombre posee documentos vergonzosos de los miembros del partido con los que chantajea, o no sé, les ha prestado dinero, porque de otra forma no se explica que encima de que ha manifestado su inutilidad hasta el límite de lo lógico, ahora resulta que es un señor sin el que su partido y la cabeza de éste no puede sostenerse.

Lo dicho, en realidad debe ser un don inconmensurable el suyo. Debe ser que aunque no sea políticamente correcto decirlo, Javier Arenas es el puto amo.

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Técnica Superior en Integración Social, Graduada en Trabajo Social, Especialista Universitaria en Mediación, Máster Oficial en Género e Igualdad. Actualmente Doctoranda en CC. Sociales; investigadora...