“Cuando las barbas de tu vecino veas cortar…”. Todos saben cómo sigue el refrán, aunque más de uno o una no lo tomara en serio.
Me ha sorprendido mucho que tanta gente se lleve las manos a la cabeza porque Monseñor Blázquez comentara que no le hacía precisamente gracia que una persona madre y no casada por la Iglesia, sea la pregonera de la Semana Santa en la ciudad de Valladolid. Claro que esta noticia, así contada, estoy segura de que a más de uno le habría hecho poner el puño en la mesa, y exclamar que el arzobispo ha hecho lo que debía hacer, lo lógico ante el nombramiento de semejante pecadora como pregonera. Pero claro, ahora los votantes gavioteros tienen que morderse la lengua, pues la impura mujer como ya saben, no es otra que Soraya Sáez de Santamaría, vicepresidenta del Gobierno y me atrevería a decir que la persona más visible de ‘a Era Mariano’, ya que a este último se le ve el pelo lo justo o menos…
Los estamentos más elevados de la Iglesia Católica en nuestro país no se caracterizan mucho por la tolerancia y el progresismo, menos aún desde que Carlos Amigo “se jubiló”, por eso me parece como de risa que ahora tanto pepero se escandalice por unas afirmaciones que a estas alturas no deberían extrañarle a nadie. Desde luego, en Sevilla es de todo menos nuevo, pues ya Asenjo comentó alguna vez que querría ser informado de la persona designada antes de que fuera comunicado públicamente. Aunque ciertamente sí le concedo algo al arzobispo vallisoletano, y es que el pregón de Semana Santa tiene lugar en la Catedral, y claro, al hombre le gusta saber “quién mete en casa”, mientras que aquí acudimos al teatro, puede que en todos los sentidos de la palabra.
Claro que esto no deja de ser la misma tontería de siempre, en un país donde hasta la heredera de la corona se casó y divorció por lo civil, pero lo dicho, ésta es la Iglesia que tenemos, la que ha pedido el voto gaviotero, aunque no explícitamente, pero a buen entendedor… y ahora les cuelan un gol por la escuadra. Ya puestos, espero que nombren a Álvarez Cascos algo que a la curia no le guste, que aunque abandonó las filas del PP, el que tuvo retuvo, y ése sí que se ha casado veces por lo civil.
En fin, para algunos católicos votantes del PP puede que se les plantee un dilema. Su brillante vicepresidenta que no se casó como Dios manda, y la Santa Madre Católica, Apostólica y Romana, ofendida por el alcalde de Valladolid que… ¿adivinen de qué partido es?
Seguro que tras esto, cuando algún miembro de la Iglesia haga un comentario similar de alguien no acérrimo al partido de Rajoy, estos, en solidaridad, salen a defenderlo… Deseandito estoy de verlo.