Hace dos semanas parece que recibí la visita de los partidarios del juez Serrano en mi humilde columna. Ya en otros medios leí comentaristas que afirmaban que existía esta corriente y que el propio juez comentaba las noticias sobre sí mismo. Yo no sé si eso será cierto, pero en cuanto a lo que atañe a mí, si me gustaría aclarar un par de cosas.

En primer lugar, siempre agradezco los comentarios, incluso a veces agradezco más los que argumentan en contra de lo que digo. La crítica constructiva es lo que más hace fortalecer una idea, pensamiento, obra o tendencia. Ya de paso, poco se aprende de los comentarios que simplemente insultan, que por fortuna no figuran en la web, pero que los ha habido. Que me insulten me da un poco igual, pero que no argumenten, pues me da pena y me parece un desperdicio.

Por otra parte, no estudio Derecho como algunos han creído. Estudio Trabajo Social, y en el amplio contenido de la carrera, el estudio del Derecho tiene gran importancia por motivos obvios. De igual forma, el concepto de “Justicia moral, o justicia producto de un proceso  judicial” no es mío, es de uno de los profesores que impartía la materia, el cual, evidentemente, maneja esos conceptos mejor de lo que yo lo haré nunca. Por eso empleé esa teoría, por venir de alguien docto en la materia. Yo no soy jurista ni lo pretendo.

De otra parte, tenemos mi edad, la cual parece inquietar mucho. Podría decirse que sí, soy joven, más de dieciocho y menos de treinta, pero a veces la vida no entiende de edades, y sin ser un embrión como sugerían, he tenido experiencias con la ley, los juzgados y los jueces, y a día de hoy no han cesado. Sé lo desesperante que son las sentencias que no se ejecutan, las demoras de los procesos, de igual forma que sí, a pesar de todo, mantengo confianza en la Justicia, que con todo, en mi caso y muchos otros, he comprobado que ampara y protege, de igual forma que, en ocasiones, se cometen errores garrafales. Imagino que es importante asumir el hecho de que la Justicia en sí poco hace. Quienes la ejecutan son los responsables generalmente de los aciertos y desaciertos, y por estos últimos entiendo que a veces mucha gente no confíe en ella.

Las conspiraciones judeo-masónicas y la criminalización de la ley de Violencia de Género, pues es como Papa Noel, quien quiera creer, que crea en ello. Yo, ni lo uno ni lo otro. Pese a las modificaciones legales, siguen existiendo  muchos casos con un fatal desenlace, y no niego que hay una minoría de mujeres que con falsas denuncias pretenden no sé el qué. Pero los partidarios de dicha conspiración parecen olvidar los demás casos, la mayoría de ellos. Mujeres que no mueren a manos de sus parejas y que consiguen sentencias más o menos acordes a lo vivido y a sus veraces testimonios. Pensar en esto no interesa por lo visto, es mejor pensar que eso no existe, y que quienes no piensan como ellos son feministas terroristas del nido infernal que para ellos supone el Instituto de la Mujer.

Sobre ERES, fondos de reptiles y demás no entro. ¿Por qué? Porque en mi columna hablo de lo que me place, y esos temas, a pesar de interesarme, me parece que ya están suficientemente tratados; escribo según me levante ese día; que total, esto es una columna minoritaria como poco, que ahora va a resultar que por mi opinión va a cambiar el Poder Judicial o algo…

Y por último, sobre otros casos a los que aluden, me alegraría de igual manera porque se encausara a dichos magistrados. Aunque el titular de mi columna tal vez era demasiado provocador, la esencia que muchos no han sabido o querido ver es que me alegro de que los magistrados, al igual que cualquier ciudadano, puedan ser llevados ante la ley si han actuado incorrectamente. De hecho, no entiendo la exaltación. Si el juez Serrano es inocente y buen leguleyo, podrá demostrarlo y ser absuelto. Ya he dicho que no quiero perder confianza en la Justicia.

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Técnica Superior en Integración Social, Graduada en Trabajo Social, Especialista Universitaria en Mediación, Máster Oficial en Género e Igualdad. Actualmente Doctoranda en CC. Sociales; investigadora...