No entiendo cómo algunos califican la sentencia del TSJA contra la biblioteca del Prado como una victoria de los ciudadanos. La victoria, en todo caso, será para los privilegiados de la zona, y para alguno que entiende que trasplantar —que no talar— un árbol es una afrenta intolerable. Para el común de la ciudad es una clara derrota.
 

José Manuel López Cepero. Derrota porque el parque es muy resultón desde las ventanas de Diego de Riaño, pero en cuanto a uso ciudadano siempre ha sido un fracaso,  precisamente debido a la falta de algún elemento atractivo que le haga destacar por algo en su entorno.

Habrá que contarles a londinenses, parisinos y otros bárbaros europeos que no tienen ni idea, que eso de los edificios emblemáticos en los parques ya no se lleva, que lo sostenible es fomentar los desiertos verdes. Que un parque urbano no es un espacio para ser vivido por los ciudadanos, sino una postal para que los ricos la tengan de fondo en su salón.

Y derrota porque resulta que un juez es mejor guardián del bien común y mejor autoridad de ordenación del territorio que las instituciones democráticamente elegidas, aunque sea llevándose por delante un PGOU y una comunidad universitaria que aporta mucho más a la ciudad que los señores demandantes.

Sobre todo si la única unidad de criterio medioambiental es la de no molestar a los pudientes: el mismo tribunal y la misma Constitución protegen a la vez un pedacito de un parque infrautilizado y el interés de los especuladores de Tablada. ¿Así se defiende el «bien común»?

Licenciado en Periodismo y Máster en Sociedad, Administración y Política, puso en marcha el 'Proyecto Deguadaíra', germen de Sevilla Actualidad. Ha pasado por El Correo de Andalucía, Radio Sevilla-Cadena...