No hay interés por cuidar a los emigrantes pobres y menos aún si son zagalillos.

El gobierno británico, que no gasta nada en ellos, los utiliza como una moneda de cambio, te ofrezco un refugio, pero te pongo en bandeja para las mafias de trata de menores.

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Natural de Sevilla; en la Rábita, el mar me bautizó; aprendí a caminar y hacer travesuras como cazallero; en Dos Hermanas la escuela me dio alas, la Hispalense un motor; luego en México, bravura y...