Son las cinco y media de la tarde, han terminado las clases y los niños corren por el patio del colegio. En las aulas, muchos intentan hacer los deberes para el día siguiente. Desde el patio tras los muros en los que estos niños juegan y aprenden, se observan edificios altos con desconchones y ropa tendida, mucha ropa tendida. En la salida del colegio ya hay madres esperando, visten estampados alegres y buscan la sombra del muro mientras alzan la mirada para intentar encontrar a sus hijos.

Los niños llevan desde bien temprano en el colegio, el centro es donde les dan de comer, un almuerzo bien nutritivo por si en casa no se puede, por si el fin de mes aprieta más de lo que debe, por si el trabajo sigue sin llegar a casa. Desde el colegio intentan que pasen el mayor tiempo posible con ellos para garantizar su bienestar y ayudar a los padres. Estar allí significa no estar en casa sin aire acondicionado y sin el bocadillo de media mañana.

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Periodista con la vista puesta siempre en Andalucía, el feminismo y los movimientos sociales. También ha pasado por El Periódico de Catalunya y Estadio Deportivo. En Twitter @victoriafloher