El Gobierno de España tiene incompleto el proyecto de construcción de la SE–40, sin túnel ni paso por el río, devolviendo los avales a las constructoras a las que se adjudicó el proyecto de los túneles. Tenemos, por tanto, dos trozos de la SE–40, a cada lado del Guadalquivir sin conexión entre ellos. La segunda ronda, que venía a abrazar la metrópolis de Sevilla, seguirá amputada de momento.

Hace falta un túnel o un puente que conecte ambos lados del Guadalquivir. La ronda, si no se une, no es todo lo útil que debería para distribuir el tráfico y resolver los problemas de movilidad metropolitana y de largo recorrido. En los túneles se ha gastado mucho tiempo y dinero para, al final, no tener nada.

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