El 2021 se ha acabado, pero las crisis humanitarias que fueron noticia el año pasado, no. Parecen lejanas aquellas semanas de agosto en las que no se hablaba de otra cosa que no fuera la evacuación de Afganistán y la vuelta al poder de los talibán. Aún así, han pasado solo unos meses y –a excepción de algunos medios especializados– ya no ocupa el mismo interés mediático el día a día de los afganos bajo el nuevo régimen. Afganistán ya no importa.

Dos semanas después de la toma de Kabul (capital de Afganistán) menos de una de cada siete mujeres periodistas continuaba en su profesión. Con el paso de los meses, según Reporteros Sin Fronteras, más del 40% de los medios de comunicación del país asiático han cerrado. Si nos vamos a la situación de las mujeres los datos son aún peores, pues el 80% de las periodistas afganas han perdido su puesto de trabajo. Pese a la promesa de los talibán, su lucha contra la libertad de información ha sido frontal y sin miramientos. 

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Andar y contar es mi oficio. En Twitter @daniperezweb_