Y qué si levanto la voz, por Belén Zurbano

Dicen –porque el viernes nos vestimos de señores y señoras y nos pusieron un trapo que picaba al cuello, “banda” creo que se llama- que ya somos periodistas. Y que tenemos la responsabilidad de cambiar el concepto que tiene la sociedad española de nuestra profesión.

 Belén Zurbano. Sin adentrarnos en lo periodistas que puedan sentirse algunos a los que para terminar les quedan meses porque no, no queremos plantearnos el escabroso tema de qué es ser periodista. Hay periodistas que matan para llegar los primeros –faltaría encima- y tener la exclusiva y profesionales que ejercen –todavía, sí- sin haber pisado una escuela de periodismo. Pero que no, que no queremos entrar en ese tema, que nos da para otra licenciatura y algunos vamos teniendo déficit de neuronas. ¿Será también culpa de ZP?

Lo que no está bonito decir, y menos cuando una va enfundada en unos tacones de los que puede caerse ante la menor réplica y atisbo de asalto, es que, sí, tenemos la responsabilidad de influir en la percepción que se tenga del periodismo a partir de ahora, pero también tienen (ellos) la obligación de asumir que el pasto que pisamos hoy algunos está abonado con el estiércol de los que nos precedieron. Es decir –mira que intuyo que ha quedado claro ya- que ya está bien de cargar a las generaciones venideras de la “responsabilidad”, “necesidad”, “obligación” o cuanto menos “oportunidad” del cambio. Si tan malo es lo que tenemos, ¿por qué lo hicisteis? ¿o por qué no se hizo nada?

Pues, en parte, porque se sobrevalora de profesión periodística como si “cualquier tiempo pasado hubiera sido mejor”, cuando, en realidad, venimos de ansia de lucro (los menanti del XV) y un poco más tarde os dejamos ya seducir por los réditos económicos y de encumbramiento social de la prensa política de principios del XIX. ¿De qué periodismo social, comprometido, independiente… hablamos cuando hablamos de recuperar el periodismo “de buena fama”?

Teóricos, investigadores y otros buscadores de sueldo inventan funciones periodísticas, especifican- recrean tipologías de periodismo, definen y redefinen, crean escuelas teóricas… y sobre todo, piden, piden mucho a los que venimos detrás. Y venimos mal formados, sin valores, hasta sin educación dicen algunos, pero pese a no querer eludir parte de la responsabilidad que como ya adultos nos corresponde, algunos estamos hartos de que se nos exija sin antes titubear un pequeñito mea culpa. Por las leyes de educación que votaron y que resultaron ser tan malas y por eso no aprendimos “la formación básica”, por esa falta de valores que mamaron los que en sus casas vivieron como mamá no quería llevar más las zapatillas a papá, por ser tan malos funcionarios que está tambaleando el sistema que ellos mismo crearon y porque lo mismo no catamos lo que es tener una plaza en propiedad…

Y como dijimos hace tan sólo un par de días… “a pesar de todo, y sobre todo, pesar de todos (…) queremos y sabemos, hacer un buen periodismo”.

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