Si te asomas a la ventana ves mucha caca de paloma, mucho excremento de perro, niños con camisitas a juego con los zapatos, coches en doble fila, y muchas señoras con grandes (y la mayoría falsas) perlas que brillan. Bienvenidos a mi barrio, bienvenidos a los Remedios.

Belén Zurbano. Los Remedios, ese barrio en el que no es oro todo lo que reluce, y relucen casi todos los atuendos de mis vecinos, pero poco las calles (“somos”, mayestático por supuesto, pijos, no limpios).  En esta parte de la ciudad no se puede bajar la basura en pijama o te miran mal, pero, esto sí tiene gracia, puedes ir a comprar un miércoles a las diez de la mañana con un abrigo de visón al mercado de abastos y nada, eres una más. Pero en plena crisis igual oye, que parece que con ellos no va la cosa.  

Pero tampoco es todo falso en este barrio. Hay muchas cosas auténticas, como el parque de los Príncipes, la churrería que ahuma a toda la avenida y que está abierta casi siempre que uno puede tener ganas de churros, y el pescadero de la plaza.

Tu te levantas una mañana cualquiera con ganas de coquinas –es lo que tiene la primavera y el amor, que te dan antojos y buen comer-, te pones unos vaqueros (que la virgen santísima a la que sea que adoren en el barrio te ampare si por tu imaginación se cruzó el irte en chandal o, peor, en pijama) y te tiras de cabeza al mercado. Uno típico vaya, que en esto tampoco tiene un aire especial el barrio, con su rumana pidiendo en la puerta, sus flores, su olorcito a especias y a marisco.  

Y ahí, entre otros puestos de almejas y chocos, el de pollos que cuelgan con los cuellos flácidos y pichones aún con plumas, hay un señor que no crean que no me acuerdo como se llamaba, Sebastián, que mientras te limpia las doradas y te las deja listas para el horno les da sopa con ondas a cualquiera que presuma de ducho en Historia. Anglicanos, moros sirios que conquistaron mi ciudad natal y curia vaticana, ése es el nivel del puesto un martes cualquiera a mitad de mañana. Y no crean, pega la hebra con todas (hombres se ven poco, lo siento) las señoras. Las de los visones y las sudamericanas que les llevan las bolsas a casa a las de los visones (que trabajan mucho para tenerlos, porque este barrio es más de hacer ver que se tiene que de tener de verdad y por linaje).

Que si tú de donde eres, que qué bonita es tu tierra, que si desde el paseo “ese del Corte Inglés” se ve la sierra de fondo, que la sierra, que Medina Azahara, que los moros, que si son todos moros pero no todos iguales, que si los sirios son los que estuvieron en Córdoba. Y con la de al lado: que hay que ver que curas “tocones” siempre ha habido, que si los instintos, que si vergüenza, que sí pero que los dejen vivir en paz, que si deberían casarse, que si luteranos, protestantes, presbiteranos, católicos… y te lo dice por países y todo.

Esto es un pescadero de barrio y lo demás son tonterías. Que así da gusto ir a por pescado. Que sabe más de Historia que los profesores de la facultad. Y se le entiende hablando. Y tan pancho que se queda el tipo tras darte la pedazo de clase . “10 con 70 señorita. Y va bien despachao”. Y tanto.

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Licenciado en Periodismo y Máster en Sociedad, Administración y Política, puso en marcha el 'Proyecto Deguadaíra', germen de Sevilla Actualidad. Ha pasado por El Correo de Andalucía, Radio Sevilla-Cadena...