El reciente anuncio del adelanto de las elecciones generales sólo puede leerse en clave derrotista. Como un decisión cargada del pesimismo y la amargura que viene anticipando la derecha española desde hace ya muchos meses y que convierte en más pertinente que nunca la reflexión acerca de cuál  es el papel del socialismo en nuestro país actualmente.

Las razones aducidas por el actual presidente del Gobierno no sólo son débiles sino que no son convincentes. Ya nada en Zapatero parece convencer aun cuando a muchos nos apena reconocer el incremento de canas y ojeras en este político presumiblemente bienintencionado cuyo envejecimiento posiblemente no haya servido para nada.

Con un nivel de paro insostenible, el 15M cercando en el mismo ámbito a toda la clase dirigente, el varapalo de las elecciones municipales y la tendencia de voto de las últimas encuestas, el adelanto electoral parece la más burda forma de reconocerse derrotados. Esta decisión además implica todo un posicionamiento ideológico de renuncia al poder y de falta de iniciativas que la izquierda de este país no puede permitirse. Que el socialismo, no debe permitirse.

Tras la debacle de las últimas elecciones adelantar los comicios supone un acto de irresponsabilidad política y moral para con los que votaron al Partido Socialista Obrero (¡ja!) Español. Incluso, para todos los simpatizantes del loqueseamenosladerecha que optaron por el voto útil. Los ciudadanos eligieron un Gobierno de izquierdas hasta marzo del 2012 y no han salido a la calle para pedir su dimisión. En todo caso, se han quejado de forma generalizada por la caterva política que sufren como representantes de lo público. En general. Tampoco se ha presentado una moción de censura en el seno de lo estrictamente político. No procede un adelanto sino es según el criterio de ceder el poder cuanto antes a la rancia derecha que lleva pidiendo lo mismo desde que atisbó la posibilidad de, como siempre, alcanzar el poder segando cabezas.

Si la izquierda va a perder el Gobierno, que lo haga, pero a su debido momento. No creo que lo que se espera de un partido en el poder sea miedo, resignación y dejación de funciones en un momento como el actual. Si la derecha va a ganar las elecciones, bien, pero cuando le toque. Aun a riesgo de parecer pueril, si es la derecha la que pide adelanto, razón de sobra para no adelantar. ¿Pero qué clase de partidos de izquierda tenemos en España que cuando la derecha pide carnaza, ¡y por adelantado!, se le da? Revisión del ideario político socialista ya y no al 20N.

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