joaquin ferrera 020616

La eyaculación precoz ocurre cuando, de una manera persistente, se produce la eyaculación antes o nada más penetrar, y esto ocurre contra la voluntad del hombre.

Para que hablemos de eyaculación precoz, este problema debe aparecer de una manera frecuente y ocasionar problemas a uno o a ambos miembros de la pareja.

Es la disfunción sexual más común en los hombres. Diferentes estudios realizados llegan a indicar que este problema afecta al 30% de los hombres, pero existe cierta resistencia a pedir ayuda profesional.

La mayoría de hombres sufrirán este problema ocasionalmente sin que deban preocuparse. Solo se convierte en una patología cuando ocurre en la mayoría de las relaciones sexuales.

Podemos afirmar que puede aparecer a cualquier edad. La aparición de esta disfunción está más relacionada con la novedad de la experiencia sexual (una pareja nueva o una situación distinta) que con la edad en sí.

Su padecimiento puede repercutir en pérdida de autoestima; ansiedad en el hombre y en su pareja; pobre satisfacción con su vida sexual; y bajo nivel de satisfacción de la pareja.

Además, el hombre suele estar tan preocupado por controlar su eyaculación que no logra disfrutar del acto sexual. Curiosamente, cuanto más intenta controlarla, menor será el tiempo que tarde en eyacular. La repercusión sobre la mujer se puede manifestar en una disminución de su placer y en incapacidad para lograr el orgasmo.

¿Cómo podemos superar esto? Pues bien, si aparece solo de manera ocasional, lo mejor es hablar con tu pareja e intentar controlar la ansiedad (no la eyaculación) y el sentimiento de culpa. Es posible que con esto sea suficiente. Si por el contrario es algo persistente y está provocando problemas en el chico o en su pareja, lo mejor es consultar lo antes posible con un profesional experimentado (médico/a, psicólogo/a-sexólogo/a).

Los profesionales de estos temas siempre vamos a elegir el tratamiento más adecuado para cada caso. En líneas generales, existen dos tipos de abordaje: farmacológico y la terapia sexual. En ocasiones, pueden combinarse ambos para optimizar dicho tratamiento.

En la terapia sexual, si el hombre tiene pareja, es importante que se implique en la misma. Se les indicarán ejercicios que se van a realizar en casa. Van encaminados a manejar la ansiedad en la relación sexual, favoreciendo la relajación, la pérdida del excesivo control eyaculatorio y el disfrute pleno de todas las sensaciones eróticas.

Finalmente, os ofrezco una serie de consejos para facilitar el manejo de esta problemática:

– Llevar una vida saludable: dieta, ejercicio físico, descanso, etc.

– Practicar técnicas de respiración y relajación, para disminuir la ansiedad.

– Procurar no mantener el foco de atención en la eyaculación, sino en las sensaciones eróticas que sentimos durante la relación sexual.

– Hablar del problema con nuestra pareja

– No postergar la solicitud de ayuda a un profesional. Si se retrasa, se cronifica el problema y la evolución terapéutica es peor.

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