En la Cañada conviven más de 200 especies de aves/andaluciaorg

A unos 25 kilómetros de Sevilla, y con el aroma que llega desde el cercano Parque de Doñana, encontramos un pequeño rincón natural: La Cañada de los Pájaros. Pocos conductores de los que optan por tomar la carretera de Puebla del Río, podrían imaginar el daño que hacen sus motores ricos en humos a las cientos de especies que se instalan en apenas cinco hectáreas de extensión.

Ángel Espínola. La Cañada está vacía en verano, y si va entre semana, compartirá con las aves la tranquilidad de pasear sin semáforos repletos de personas con prisas, bicicletas desbocadas o estruendo de obras. De fondo, sólo oirán el tableteo continuo que provocan las numerosas cigüeñas con sus picos. Cierto es que una parte de las miles de aves se encuentran enjauladas cual zoológico (la mayoría estén en total libertad).

Pero que se encuentran como en el paraíso lo demuestra la impresionante caravana de cisnes, patos, y fochas que se crea cuando la cuidadora se acerca a la orilla del estanque con el alimento de la mañana.

El acomodo de las aves en este lugar, perfectamente acondicionado para que conviva el hombre con las aves, también lo observamos en la desesperación de un pato porrón que intenta, sin éxito, escalar la verja de entrada al estanque, para volver a reunirse con sus compañeros tras un rápida escapada. Este pato, al igual que muchos de los que habitan en la Cañada, se encuentra en peligro crítico de extinción en Andalucía.

Los animales sienten la tierra y la numerosa vegetación que les sirve de hogar a muchos de ellos. Un loro que saluda, una pareja de avestruces que se cuidan mutuamente, pero que no rechazan acercarse al extranjero a cambio de algo de comida o el respeto que despiertan las urracas y  los cuervos con sus sonidos, amenizan una mañana veraniega lejos del cosmopolitismo que a estas alturas refleja la playa.

El mirador del pequeño lago nos permite ver, rezagados en una estructura de madera, el trabajo cotidiano de los patos cucharas o los malvasías. La carraca es uno de los insectívoros que más sociables se muestran. Jugar con ellos es posible en un lugar cuyo acceso arenoso recuerda, por su cercanía, a los parajes rocieros de Huelva.

La visita a la Cañada de los Pájaros (cuentan con casas rurales para pasar la noche), es sin duda una buena oportunidad de conocer más afondo la fauna que nos rodea y tomar consciencia del daño que le hacemos con nuestros excesos. El paisaje es impresionante, pero es triste de por sí que tengan que existir reservas como éstas para que las aves puedan subsistir.

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