Testamentos, contratos de trabajo o documentos relativos a un determinado despido son algunos ejemplos de situaciones en las que la documentación legal y jurídica es un hecho. No todo el mundo conoce en qué consiste el derecho ni sabe cómo interpretar y traducir este tipo de documentos. Por ese motivo, existe la traducción jurada en Sevilla con la que podremos entender qué significa esta importante documentación. La necesidad de un traductor jurado va más allá de este tipo de casos, por lo que en este artículo explicaremos cuáles son.

¿En qué consiste la traducción jurada?

Cuando nos referimos a la traducción jurada, hacemos alusión a la traducción de validez oficial que puede llevarse a cabo en cuanto a cualquier tipo de documento, independientemente de que sea jurídico o no. Estos documentos son los que tienen que presentarse ante un organismo público que también sea oficial o bien, mediante entidades que sean privadas y que exijan la traducción oficial.

La traducción de este tipo contará siempre con el sello, la firma y la certificación del traductor jurado. Así, nos aseguraremos de su validez, ya que el traductor con ello certifica que el texto traducido coincide al milímetro con los textos originales.

El servicio más reclamado para este perfil de traductor es la de traducir un documento con certificado correcto. Se recurre a la figura para prestar declaración ante las Administraciones Públicas o si hay que llevar documentos en procesos de índole administrativa o judicial. La Administración solicita directamente la traducción por parte de esta figura para evitar que un documento extranjero se traduzca con errores.

Si tenemos que hacer frente a un proceso judicial, la Ley 1/2000 de Enjuiciamiento Civil, cita expresamente que cualquier documento extranjero deberá acompañarse por la traducción al castellano. La firma y el sello del traductor jurado tendrá valor oficial ante los tribunales.

¿Qué documentos necesitan traducirse por un traductor jurado?

Una vez conocemos cuáles son las situaciones o supuestos en los que la traducción jurada es requerida, es el momento de centrarse en los documentos que necesitan a esta figura. Los diplomas, títulos universitarios, certificados de notas o expedientes académicos son un ejemplo perfecto de necesidad de traductor jurado.

También lo son los relativos a la identificación como el DNI, el libro de familia o el pasaporte. Certificados como por ejemplo el de nacimiento, de antecedentes penales, defunción o matrimonio también lo necesitarán. Igualmente, los que guardan relación con la adopción, los contratos o los que tienen que ver con la Propiedad Intelectual o Industrial, este perfil será necesario.

Por otra parte, hemos comentado al inicio del artículo la necesidad del traductor jurado para los testamentos, pero además de ello, se necesita para fideicomisos, escrituras y poderes notariales, así como financieros. Por último, informes médicos, sentencias, decisiones judiciales o pólizas de seguros, son otros ejemplos clave para la necesidad de este tipo de profesionales.

Ahora que conocemos qué es la traducción jurado y para qué supuestos se requiere de dicho servicio, es el momento de valorar cuándo será necesario hacer uso de ella.