A lo largo de los últimos años, el sector de las telecomunicaciones, y más concretamente el segmento de Internet, han experimentado un desarrollo sin precedentes. Gracias a la irrupción de tecnologías como la fibra óptica o el 5G, Internet se ha convertido en una herramienta altamente ágil y robusta en la mayoría de hogares españoles.

No obstante, a pesar de todo ello, la presencia de incidencias o la pérdida de rendimiento siguen constituyendo inconvenientes relativamente frecuentes en nuestro día a día. Especialmente en el caso de las conexiones vía WiFi. Pero, ¿qué tipo de medidas podemos tomar cuando detectamos deficiencias en la velocidad de nuestro módem? A continuación, te proponemos algunos consejos. ¡Toma nota!

La importancia de la ubicación del módem

La ubicación del router dentro del hogar puede determinar la calidad y la estabilidad de la señal. Escoger un lugar libre de obstáculos facilitará la transmisión de información. Además, la altura en la que se posiciona también puede tener impacto a la hora de captar y transmitir señales. En general, a medida que se ubique en una posición más elevada, mejorará su rendimiento. Por otro lado, mantenerlo alejado de otros dispositivos electrónicos también puede ayudar a incrementar su alcance porque de este modo se evitará la aparición de interferencias.

Tener en cuenta la distribución de la vivienda y la distancia entre las zonas que requieren de acceso a Internet también debe tenerse en cuenta. En general, durante los procesos de instalación, el equipo técnico responsable suele recomendar situar el router en una ubicación central, es decir, en un punto desde el que la distancia con el resto de estancias sea tan equilibrada como sea posible. No obstante, esto no siempre es posible por particularidades de la instalación o por otras limitaciones como, por ejemplo, la dependencia de ciertos cables o clavijas que únicamente se ubican en una determinada zona del hogar.

Utilización de otros canales

La mayoría de modelos integran diferentes canales, por lo que utilizar uno alternativo puede convertirse en un buen recurso para paliar limitaciones o carencias. En caso de que se manifieste algún tipo de interferencia con otros dispositivos, cambiar de canal puede ayudar a eludirla. Para poder llevarlo a cabo, es necesario implementar algunas modificaciones en la configuración del router. Aunque cada modelo puede tener un sistema ligeramente distinto, en esencia, los pasos que componen el proceso son muy similares:

En primer lugar, será necesario acceder a la puerta de entrada, generalmente se corresponde con la dirección 192.168.1.1. Para ello, puede utilizarse un navegador. 

Dentro del panel de configuración se deberá seleccionar la sección Wireless o de conexiones inalámbricas. En ella aparecerán desglosados los canales disponibles, por lo que únicamente será necesario seleccionar el que se desea utilizar y a continuación almacenar los cambios.

Es preferible una conexión de 5GHz que una de 2.4 GHz, pero no siempre

Los modelos más actuales ofrecen la posibilidad de establecer conexión Wifi tanto a 2,4 GHz como a 5 GHz. La segunda opción proporciona unos ratios de velocidad de transmisión mucho más elevados. Utilizar un módem a 5 GHz puede proporcionar una velocidad de hasta 867 Mbps.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que esta modalidad no es recomendable dentro de viviendas demasiado amplias. Si los dispositivos que se conectan al módem vía Wifi están a bastante distancia, lo más aconsejable será optar por una conexión a 2,4 GHz porque aunque la velocidad pueda no ser tan elevada, la señal se expande con mayor intensidad en largas distancias. 

Hábitos de uso y gestión de recursos

Los hábitos de uso pueden condicionar la velocidad de transmisión de un router. ¿Qué grado de control existe sobre los accesos? Vigilar la privacidad y establecer una contraseña segura impedirá fugas de conexión o intrusiones por parte de otros usuarios indeseados. Por otro lado, si dentro del hogar muchas personas utilizan de forma simultánea la red para reproducir contenidos multimedia en la nube, para subir o para descargar archivos, lo más probable es que la velocidad se resienta.

En estas circunstancias, adoptar buenas prácticas puede derivar en una navegación más fluida. Por ejemplo, cerrar aplicaciones en segundo plano que no se estén utilizando y que se conecten de forma automática a Internet, así como pestañas del navegador que están siendo inutilizadas. 

Otra alternativa bastante efectiva es distribuir los recursos de la red de forma independiente, es decir, conectar una parte de los dispositivos del hogar a la conexión 2.4GHz y el resto a la conexión 5 GHz. Al hacerlo, se libera ancho de banda y la fluidez se ve incrementada de forma perceptible.

Cuestión de antigüedad

El paso del tiempo puede derivar en una pérdida de prestaciones o en la carencia de recursos para captar y transmitir información. Si un módem cuenta con una antigüedad relativamente elevada, las posibilidades de que haya quedado obsoleto son bastante elevadas, especialmente, si el proveedor de Internet ha incrementado la velocidad de transmisión. En estas circunstancias es muy probable que, para acceder a una conexión más estable y ágil, se necesite renovar el router e instalar uno de última generación.