sara iglesias 22ene16

Perder la concentración cuando estamos realizando una actividad o iniciando un proyecto, es algo muy común en todos nosotros. Lo cual nos lleva a invertir más tiempo en dicha actividad del que en realidad necesita, en lugar de poder disfrutarlo realizando cualquier otro entretenimiento que nos apetezca más en ese momento.

“A la cima no se llega superando a los demás, sino superándose a sí mismo”

-Anónimo-

Coincidiendo estas fechas con el inicio de las primeras convocatorias de exámenes para muchos estudiantes, quisiera compartir con vosotros un método muy práctico y eficiente para mejorar nuestra capacidad de concentración y, así sacar más partido a nuestro tiempo.

Esta práctica es válida para cualquier actividad, no solo para el estudio, sino también para gestionar mejor el tiempo del que disponemos en nuestro día a día. Por supuesto, puede extrapolarse al ámbito laboral.

Como sabéis, la concentración y la atención son dos pilares básicos para disfrutar de una buena memoria y de un correcto aprendizaje.

Concentrarse es centrar toda nuestra atención y enfocarla en un solo estímulo de nuestro interés, ignorando y desechando todos los demás que nos llegan a través de los sentidos y que intentan llamar nuestra atención, desviándonos de nuestro foco. Estas distracciones son las responsables de que nuestro rendimiento mengüe en diferentes áreas de nuestra vida (en el trabajo, en los estudios, e incluso en nuestra propia vida personal).

Lo bueno de la concentración es que puede ejercitarse y entrenarse para mejorarla, y así, llevarla a un estado óptimo y productivo para nosotros.

Son muchas técnicas las que existen para mejorar la concentración, pero la que veremos a continuación es, bajo mi parecer, la más rápida, sencilla y con mejores resultados. La descubrí hace bastante tiempo y siempre tiene efectos muy positivos.

Para realizarla solo necesitamos 2 minutos y un reloj con segundero. Antes de comenzar, es conveniente que estemos relajados e intentar mantener la mente despejada y alejada de cualquier preocupación. Conseguido esto, observaremos nuestro reloj, y enfocaremos nuestra atención en la aguja que marca los segundos. Seguiremos la aguja alrededor de toda la esfera del reloj, concentrándonos solo en esa aguja y desechando cualquier otro estímulo o pensamiento que se acerque a nuestra mente. Lo haremos durante 2 minutos seguidos.

Es muy frecuente, sobre todo en las primeras veces que realizamos esta práctica, sorprendernos pensando en otras cosas, con la mente dispersa y atendiendo a otros detalles. Si eso nos ocurre, lo ideal es detenernos, volvernos a relajar y empezar de nuevo hasta completar los 2 minutos.

Un truco que podemos usar al principio, si notamos que nos cuesta demasiado concentrarnos, es contar mentalmente los segundos a medida que la aguja del reloj los va marcando. Así evitaremos que otros estímulos capten nuestra atención y nos desvíen de nuestro propósito.

Aunque las primeras veces nos resulten un poco más dificultosas, es conveniente no desistir, puesto que con la práctica de este método, veremos como en pocos días dominamos esta técnica y nuestros niveles de atención y concentración habrán aumentado de manera considerable. Y por supuesto, no dejando atrás la satisfacción que supone el haber logrado un objetivo que nos hemos marcado voluntariamente.

Cualquier inversión de tiempo y esfuerzo que dediquemos a mejorar nuestra concentración, nos será devuelta de forma muy positiva pudiéndolo invertir en otras actividades también muy productivas y provechosas para nosotros.

Nacida en Aracena, Huelva, siempre ha estado muy vinculada a la ciudad de Sevilla y su idiosincrasia particular. Se instala en ella hace nueve años para formarse como educadora en lenguas extranjeras....