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La investigación, en la que ha participado la Universidad de Sevilla, permite reducir el transporte de pesticidas a través del suelo, impidiendo que éstos alcancen con facilidad a las raíces de las plantas.

Investigadores del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra (centro mixto perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la Universidad de Granada) y del Departamento de Biología Vegetal de la Universidad de Sevilla han desarrollado un método de reutilización de aguas residuales y lodos que favorece el crecimiento de nueva vegetación en terrenos degradados. Este sistema también permite reducir el transporte de pesticidas a través del suelo, impidiendo que éstos alcancen con facilidad a las raíces de las plantas y afecten a su desarrollo y actividad reproductiva. En concreto, los expertos han demostrado cómo, la combinación de lodos y aguas residuales, facilita la implantación de ray-grass (especie perteneciente a la familia de las Gramíneas) en un suelo minero procedente de la zona de Riotinto, en la provincia de Huelva.

En el artículo ‘Protecting effect of recycled urban wastes (sewage sludge and wastewater) on ryegrass against the toxicity of pesticides at high concentration’, publicado en la revista Journal of Environmental Management, el equipo de trabajo ha demostrado la viabilidad de un sistema que facilita el crecimiento de ray-grass en suelos degradados gracias a la reutilización de la materia orgánica procedentes de lodos y aguas residuales. “En zonas mineras, donde las condiciones suelen resultar hostiles, este método permitió un aumento significativo de la biomasa de esta especie, la longitud de sus tallos y del contenido hídrico relativo, un indicador fiable del estado de las plantas”, explica a la Fundación Descubre la responsable principal del estudio, Aránzazu Peña, investigadora del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra.

Asimismo, el sistema desarrollado por los expertos protege a las plantas de los efectos derivados del uso de pesticidas en la regeneración de este tipo de terrenos. “Estos aportes orgánicos de lodo y aguas residuales aumentan la retención de los pesticidas en el suelo. Por tanto, dificultan su presencia en las zonas donde las raíces de las plantas absorben los nutrientes necesarios para su desarrollo y reducen su incorporación a la planta”, matiza la investigadora.

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