Un estudio de dos investigadoras de la Universidad de Barcelona confirma que el consumo de drogas aumenta en fiestas señaladas como Nochebuena y Nochevieja, a través de la investigación de los niveles de concentración de estas sustancias en aguas fluviales.

Sevilla Actualidad/SINC. La Navidad no es sólo un tiempo de reunión en torno a la clásica cena familiar, los polvorones y los villancicos. También es una época en la que muchos aprovechan para divertirse y celebrar lo que durante el resto del año no pueden. Pero algunas de estas personas no entienden la fiesta sin las drogas.

Ése es el motivo por el que la concentración de sustancias estupefacientes en algunos ríos aumenta significativamente en los días posteriores a la Nochebuena y la Nochevieja, según afirma un estudio realizado por María Teresa Galcerán y María Huerta, investigadoras del Departamento de Química Analítica de la Universidad de Barcelona.

Según dicho estudio, las drogas que se encuentran en una mayor cantidad son la cocaína y el éxtasis. Los resultados recogidos corresponden a las navidades de 2006-2007, cuando se encontraron más de 400 nanogramos de cocaína por litro de agua en el día de Navidad y 350 en el de Año Nuevo, mientras que las cantidades de éxtasis fueron de 90 y 80 ng/l respectivamente. Estos datos hacen pensar que durante las navidades, el consumo de drogas aumenta considerablemente, especialmente coincidiendo con días de alta actividad festiva.

El porqué de la concentración de estas sustancias en las aguas fluviales lo explican las propias autoras del estudio: “Las drogas, una vez consumidas, son excretadas y pueden llegar inalteradas o en forma de metabolitos a las plantas de tratamiento de aguas residuales (EDAR), pero incluso después, aparecen en las aguas tratadas que se vierten a ríos y lago”, afirman. De ahí que el estudio también recoja concentraciones “relativamente elevadas” de estas sustancias en diferentes EDAR de Cataluña.

No obstante, el estudio también pone de relieve que, aunque en ríos como el Llobregat -cuyas aguas se usan para el consumo doméstico- portan una gran cantidad de estas sustancias, el agua tratada en las EDAR y destinada al consumo final carece por completo de la presencia de éstas.

Por otra parte, las investigadoras dieron importancia al agua como vía de investigación y determinación del uso y consumo de drogas, al tiempo que destacaron que la investigación de la presencia de drogas en los ríos debe continuar, ya que “todavía se desconoce el efecto de la exposición continuada de estos compuestos psicoactivos sobre el medio acuático”.

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