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Existe la vieja creencia de que si eliminamos las grasas de la dieta conseguiremos adelgazar, pero eso no es del todo cierto, ya que puede ser incluso contraproducente.

No todas las grasas son iguales, existen las grasas saludables y éstas, al contrario de lo que muchos piensan, son totalmente necesarias para perder peso. Esta afirmación se recoge en un reciente estudio del ‘American Journal of Medicine’.

Durante mucho tiempo se ha creído que la forma de deshacernos de los depósitos de grasa corporal es eliminando la grasa de la dieta, de ahí la moda de los productos light o bajo en grasa. Las razones de estas creencias erróneas son:

–    Las calorías que contienen. Ya que 1 g de hidratos de carbono o de proteínas contienen 4 Kcal, sin embargo 1 g de grasa aporta 9 Kcal.

–    La idea de que la grasa dietética era la responsable de la grasa corporal y el incremento de otras sustancias de naturaleza grasa en la sangre como el colesterol y los triglicéridos.

Las recomendaciones de disminuir la grasa dietética (sin distinguir la saludable de la que no lo es) contribuyeron sin saberlo a agravar el problema de sobrepeso mundial durante los años 90 y principios del siglo XXI, ya que nos hacía consumir más calorías de las que pensábamos, debido a que los alimentos etiquetados como bajo en grasa o ligh predisponen a comer mayor cantidad de ellos.

Las grasas, como ocurre en el caso de la fibra y las proteínas, tienen un alto poder saciante. Éste es uno de los motivos por lo que grasas consideradas saludables como el aguacate, el huevo y los frutos secos, no deben ser eliminados de la dieta.

Hoy en día se sabe que lo que hay que disminuir es el consumo de azúcar para evitar el sobrepeso y la incidencia de cánceres relacionados. Por ello, alimentos como los dulces y los refrescos sí deben ser excluidos a la hora de perder peso.

Cuando restringimos más grasas que azúcares, tomamos unas pocas calorías menos, pero, al cabo de unas horas, tenemos más hambre y terminamos comiendo más, así que el aporte de calorías termina siendo mayor. Además, centrarse en el recuento de calorías es un ejercicio muy complicado, por eso la base de todo es centrarse en el consumo de alimentos saludables, de esa manera se conseguirá la bajada de peso con mucho menos esfuerzo.

No debemos olvidar que el factor clave para conseguir adelgazar es el periodo que se sigue la dieta, sin tomarla como una forma de comer en un espacio de tiempo determinado, sino como unos hábitos saludables adquiridos para el resto de nuestra vida. En este planteamiento, una dieta baja en grasa no sólo es fisiológicamente ineficiente, además es poco sabrosa, poco apetecible y conlleva demasiadas modificaciones dietéticas.

En conclusión, el problema del sobrepeso y la obesidad no se soluciona evitando las grasas, ya que muchas de ellas, como la contenida en el aceite de oliva y en los frutos secos, son saludables. Lo que debemos abandonar es la bollería, los dulces, los cereales refinados, las galletas y demás alimentos ultraprocesados que aportan muchas calorías pero pocos nutrientes. La grasa es aceptada, siempre que sea saludable.

De padre sevillano y madre granaína, sevillana a fin de cuentas y trianera por adopción. Es técnico superior de Dietética y Nutrición. Como le gusta predicar con el ejemplo, mantiene una alimentación...