Civiles fallecidos a las puertas de la estación de tren de Kramatorsk. Fuente: Twitter.

El ejército ruso ha bombardeado en la mañana de este viernes la estación de tren de Kramatorsk, una ciudad ucraniana situada al este del país. En el momento del ataque, al menos 4000 civiles se encontraban en la estación intentando huir de la región ante la alerta de un inminente ataque ruso. Por el momento, hay contabilizadas 50 muertes, cinco de ellos niños y más de 98 heridos, según informa Europa Press. En la estación se encontraban niños y mujeres mayores en su mayoría.

El ministro de defensa ruso ha negado la autoría de Rusia en el bombardeo y califica el ataque de «provocación» por parte de las autoridades ucranianas. «El 8 de abril, las fuerzas armadas rusas no tenían misiones de fuego en la ciudad de Kramatorsk y no estaban planificadas» señaló el Ministerio de Defensa en un comunicado difundido en su cuenta oficial de Telegram.

Para el ataque se usaron dos misiles balísticos tácticos Tochka-U de corto alcance. Uno de los misiles hallados en el lugar del bombardeo tenía inscrita la frase: «por nuestros niños», un mensaje de venganza. El 16 de marzo, funcionarios rusos aseguraron en una carta al Consejo de Seguridad y la Asamblea General de la ONU que los misiles tácticos Tochka-U no estaban en servicio en las Fuerzas Armadas rusas. Sin embargo, un informe de Amnistía Internacional asegura que estos misiles fueron usados por los rusos en al menos un ataque en la localidad de Vuhledar, también en Donetsk, el primer día de la invasión rusa. La Organización advierte de que estos misiles «fallan regularmente sus objetivos por un error de medio kilómetro o más», «nunca deben emplearse en áreas pobladas».

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha acusado a Rusia de querer «exterminar» a la población ucraniana. «Este es un mal que no tiene límites. Y si no se castiga, nunca dejará de hacerlo», añadió Zelenski en un mensaje difundido en Facebook. El alcalde de Kramatorsk, Oleksandr Goncharenko, ha anunciado la evacuación de la ciudad tras el ataque y añade que hacen falta conductores para transportar de personas. «A día de hoy, necesitamos entre treinta y cuarenta conductores», ha reclamado.

Nueva ofensiva de Rusia

El pasado 30 de marzo, las autoridades rusas anunciaron una retirada de sus tropas de las confluencias de Kiev, en lo que dijeron era una señal de distención, aunque desde Ucrania y Europa este movimiento estratégico se vio como un reagrupamiento de tropas en torno a los territorios del Donbás donde Putin quiere intensificar sus acciones. Desde la Guerra de Crimea en el año 2014, los esfuerzos del presidente ruso se centran en conectar los territorios ucranianos ya ocupados con el resto de la frontera este, para así crear un corredor que pueda abastecer y comunicar las diferentes posiciones rusas.

Cuando Rusia inició los ataques hacia Ucrania, argumentó en un primer momento que su objetivo era «proteger a las personas que han sido objeto de genocidio por parte del régimen de Kiev durante ocho años» en el Donbás. Sin embargo, las tropas rusas iniciaron un avance desde el este hacia el sur y el norte del país, llegando a posicionarse en las confluencias de la capital ucraniana. El retroceso del ejercito ruso desde Kiev hasta el este, bien se podría entender como un reagrupamiento necesario ante la resistencia del ejército ucraniano en torno a la capital.

El reagrupamiento se ha hecho efectivo y las posiciones rusas en el este ya han iniciado nuevos ataques como el perpetrado hoy contra la estación de tren de Kramatorsk. Las negociaciones entre los representantes de ambos países parecen no avanzar, por lo que se esperan nuevos enfrentamientos entre los dos ejércitos preferentemente en las regiones del Donbás, nuevo objetivo de Rusia.

Periodista. En Twitter: @mariooGr