Tras 25 días de invasión rusa en Ucrania, la ciudad de Mariúpol ha sufrido esta madrugada nuevos bombardeos. Las fuerzas militares rusas han atacado una escuela de arte que acogía a 400 refugiados ucranianos, vecinos de la zona, que habían acudido a ese enclave a resguardarse de las bombas. Según ha informado el alcalde de la ciudad, se desconoce aún si hay víctimas mortales, aunque sí ha confirmado que existen víctimas bajo los escombros del edificio. Además, el edil ha informado de la apertura este domingo de nuevos corredores humanitarios para evacuar civiles.

Las autoridades ucranianas han denunciado además que, junto a los ataques, los militares rusos han desplazado forzosamente a miles de ucranianos a sus territorios. Asimismo, el propio Ministerio de Defensa ruso ha confirmado la destrucción vía aérea de una base militar en Zhitomir, situada en el noroeste de Ucrania, donde había «más de un centenar de efectivos de fuerzas especiales ucranianas y mercenarios extranjeros».

Ígor Konashénkov, portavoz del ministerio, ha aclarado que esta base, ahora destruida, «servía de centro de entrenamiento» para los combatientes que venían de fuera, acompañados por militares ucranianos.

A parte del bombardeo a la escuela de Mariúpol, las fuerzas rusas siguen disparando misiles hipersónicos Kinzhal para destruir «un gran almacén de combustible y lubricantes» en Konstantinovka, en el sur de Ucrania. Según explican, «desde esa base de efectuaban los principales suministros de combustible para vehículos blindados en áreas de combate en el sur de Ucrania».