Tras ocho días de invasión de Rusia a Ucrania, esta guerra está dejando imágenes devastadoras y apabullantes. La realidad de los bombardeos, con edificios residenciales y civiles completamente destruidos, tanques destrozados, o las miradas de incertidumbre de los soldados ucranianos son algunas de las caras que está compartiendo el Ministerio de Defensa de Ucrania, para mostrar al mundo la peor visión de los conflictos armados.

Ya han fallecido más de 2000 civiles ucranianos, sin contar a los militares ucranianos que se encuentran defendiendo su país. Además, se han destruido «cientos de infraestructuras de transporte, viviendas, hospitales y guarderías».

Desde el 24 de febrero, según datos del Gobierno de Ucrania, más de 9000 soldados rusos han perdido la vida. El presidente del país, Volodimir Zelenski, señalaba hace unos días que «Nuestro ejército está haciendo todo lo posible para derrotar al enemigo de una vez por todas. Cerca de 9000 rusos han muerto en una semana».

Por su parte, el gobierno ruso ofrece cifras muy distintas. El ejecutivo que dirige Putin, ha reconocido la muerte de 498 soldados rusos, además de 1597 militares heridos. En total, más de 10.000 vidas perdidas en una guerra entre Rusia y Ucrania que, según anunciaba el presidente francés, Emmanuel Macron, «lo peor está por llegar».