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La transición existente entre agosto y septiembre supone para la mayoría de españoles una readaptación en su día a día en el que deben recuperarse del llamado síndrome postvacacional. Pero se puede evitar. Sigue leyendo.

Para muchos, el síndrome postvacacional es un engaño; pero está clínica y estadísticamente probado que la vuelta a la rutina para muchos trabajadores supone para ellos una carga adicional al tener que pasar forzosamente de la playa a la oficina.

En estas dilatadas fechas, contamos desde Sevilla Actualidad cuáles son las claves para volver a la rutina del trabajo, las obligaciones y responsabilidades que debemos afrontar después de las vacaciones.

1. En primer lugar, hay que aprender a aceptar las emociones negativas que nacen debido al cambio drástico de estilo de vida. Se trata de algo natural y además es temporal. Es mejor aceptar dichas emociones que controlarlas, porque lo único que se conoce a ciencia cierta es que no vas a dejar de tenerlas.

Hay que mentalizarse de que es algo pasajero. Cada vez que te venga a la mente expresiones como: “¡Vaya, otra vez la rutina!” u “otra vez al trabajo…” hay que aceptarlas interior y naturalmente. Ya sabes, el “dolor” es temporal.

2. No verbalices. Aunque tengas estas emociones negativas es importante no comentarlas en voz alta, dado que la palabra tiene mucho poder sobre nosotros. Expresiones algo más graves que “¡Qué asco!” no te ayudarán personalmente. Lo importante radica en controlar las emociones y no verbalizarlas. En caliente se dicen demasiadas cosas de las que uno se puede arrepentir enseguida. 

3. Al ser humano, por naturaleza, le encanta la rutina hasta cierto punto. Los cambios cuestan trabajo, pero hemos de admitir que el proceso de dejar el trabajo para comenzar nuestras vacaciones resulta más placentero que cuando la transición ocurre al revés. Por ello, hay que intentar adaptarse previamente al trabajo para organizarse y planificarse de cara al trabajo que se va a realizar, escogiendo algunos días para realizar estas tareas antes de abordar una mayor cantidad de trabajo que nos espere.

4. No se debe olvidar que a pesar de volver a la rutina se pueden seguir realizando actividades placenteras. No es necesario que sean grandes satisfacciones, sino pequeños detalles que te permitan mejorar tu autoestima. Así se te hará más fácil la adaptación del horario y las próximas obligaciones laborales.

5. Busca nuevos objetivos: Septiembre es el mes idóneo en el que plantearse nuevos retos en nuestros respectivos trabajos, así podemos canalizar nuestra actitud y comportamiento de cara a nuevos proyectos profesionales.

6. Cuídate: aunque parezca lo más sencillo, a veces es lo que más nos cuesta. Hay que respetar las horas de sueño que se recomiendan, intentar hacer deporte varios días a la semana y mantener una dieta sana y equilibrada, además de moderar el consumo de alcohol para ofrecer el mejor rendimiento posible.

7. Trata de ser positivo… ¡y ten paciencia!: “Volver a soportar a ese compañero de turno”, “el café que había pedido era con leche” o “este ordenador sigue estropeado” son frases que no deberías permitir que cambien tu día. Así que échale ganas y positividad al asunto, que cuando menos te lo esperes volverás a estar en una playa bronceándote el lomo.