La erupción del volcán en La Palma, que ha creado una gran nube de gases, está emitiendo una elevada cantidad de dióxido de azufre (SO2) a la atmósfera que ya ha cubierto buena parte de la península ibérica, casi todo Marruecos y Túnez, además de las costas mediterráneas de FranciaItalia, Argelia y Libia, según informó este miércoles el sistema europeo de satélites Copérnico.

En una foto compartida en la cuenta de Twitter del satélite se observa la presencia de dióxido de azufre en la atmósfera prevista para el este viernes 24 de septiembre por la mañana, cuando se registrarán los niveles más elevados en la costa atlántica marroquí, la costa mediterránea española, el sur de Cerdeña, el norte de Sicilia y la costa tunecina.

En menor cantidad, el mapa destaca también la presencia de esta sustancia en la mitad este de España (incluyendo ciudades como Valladolid), el sur de Francia, la costa oeste italiana, Córcega y toda la costa mediterránea africana, además de amplias extensiones de terreno en el interior de MarruecosArgeliaTúnez y Libia.

La Unión Europea (UE) activó este lunes su sistema de satélites Copérnico para seguir la erupción volcánica en la isla canaria de La Palma, y la Comisión Europea ya está en contacto con las autoridades españolas para ofrecer apoyo adicional.

Vigilancia desde el espacio

Los datos principales los están proporcionando Sentinel-1Sentinel-2 y Sentinel-5P. Son satélites especialmente diseñados para la observación de la Tierra y mejorar las labores de prevención, seguimiento y protección de la población y los recursos en casos de desastres naturales y de emergencias como esta.

Las primeras mediciones de dióxido de azufre del Servicio de Monitorización Atmosférica de Copérnico (CAMS) fueron realizadas un día después de la erupción, el 20 de septiembre.

«En muchos casos, la presencia de SO2 se usa para estimar la extensión y alcance de la pluma volcánica, y nuestras previsiones pueden ayudar a evaluar los posibles impactos de una erupción como la de La Palma», explica Mark Parrington, científico del CAMS.

Partiendo de una altura de penacho de 5 km, las estimaciones indican que los impactos del dióxido de azufre emitido por el volcán de Cumbre Vieja sobre el tiempo meteorológico y la calidad del aire «son probablemente muy pequeños», subraya el investigador, que añade: «La mayor parte de este gas se encuentra mucho más arriba en la atmósfera, especialmente a medida que te alejas de la fuente, y podría ser visible como una leve neblina en el cielo».

La información que están aportando los satélites europeos está siendo crítica para implementar las actuaciones de los servicios de protección civil españoles.

El programa espacial Copérnico o Copernicus es una iniciativa conjunta de la Unión Europea y la ESA —responsable de su componente espacial— y en este caso se están utilizando los servicios de vigilancia del territorio y de la atmósfera.

Los servicios del territorio proporcionan cartografía de forma periódica y a través de los ellos se monitorean los datos obtenidos para conocer la deformación de la superficie terrestre o el estado de las carreteras; y los servicios de atmósfera proporcionan información sobre las emisiones que se están produciendo a causa de la erupción, como el dióxido de azufre.