Una madre y un hijo, de 66 y 40 años respectivamente, han sido hallados muertos este martes en Granada tras ser aislados por COVID-19. Vivían en diferentes domicilios y fueron encontrados con media hora de diferencia y sin signos de violencia. Los vecinos han recibido la noticia con sorpresa y consternación, ya que se trataba de una familia muy conocida en el municipio granadino de Íllora.

La Guardia Civil encontró los cadáveres de esta madre y su hijo aislados por COVID-19 tras recibir el aviso de otro de los hijos de la fallecida. Se desconocen las causas de la muerte, ya que ninguno de los dos presentaba patologías previas o terminales que les hayan podido causar la muerte. La autopsia será determinante para conocer los motivos de ambas muertes.

Una vez que se realicen las autopsias, sus cuerpos serán enterrados en el municipio granadino en la tarde de este miércoles.

Una luz que llevaba tiempo encendida

Uno de los hijos de la fallecida se extrañó al comprobar que una de las luces de su vivienda permanecía encendida durante días. Tampoco sabía nada de su hermano, que se había aislado, igual que su madre, hacía unos días por coronavirus.

Al comenzar la búsqueda del hermano, los agentes también lo hallaron muerto en su domicilio.