Retratos robot de Tomás Gimeno / SOS Desaparecidos
Retratos robot de Tomás Gimeno / SOS Desaparecidos

El buque Ángeles Alvariño, el barco que está rastreando las profundidades marinas de Tenerife, ha encontrado dos nuevas botellas de buceo que pertenecían a Tomás Gimeno, el padre de las niñas asesinadas de Tenerife. Se han encontrado a unas cuatro o cinco millas de la costa, lo que hace pensar a los investigadores que están en el lugar correcto. La botella estaba a 1.000 metros de profundidad, en una zona alajada de donde se encontró a la pequeña Olivia. El hallazgo se habría producido hace varios días aunque no ha visto la luz hasta hoy.

El pasado 11 de junio el Tribunal Superior de Justicia de Canarias y la propia Guardia Civil confirmaron que el cuerpo de una menor encontrado en la zona de trabajo del Ángeles Alvariño era el de Olivia, una de las dos niñas secuestradas y asesinadas en Tenerife por Tomás Gimeno presuntamente. El cuerpo estaba atado al ancla del barco de Gimeno.

Antes del terrible hallazgo los investigadores encontraron una botella de oxígeno que pertenecía al padre de las niñas, según pudo comprobar la Guardia Civil por el número de serie que llevan estos objetos. Junto a la botella apareció una funda nórdica, la cual varios allegados a Gimeno aseguraron que era suya.

Ahora mismo el buque oceanográfico se encuentra estacionado en el puerto de Santa Cruz debido a un problema en una hélice, en el cual ya están trabajando para solucionarlo. Ayer tampoco pudo realizar labores de búsqueda por las condiciones climatológicas que presentó la zona de rastreo.

La Policía busca al padre de las niñas de Tenerife

La búsqueda de Tomás Gimeno, presunto homicida de sus hijas Olivia y Anna, sigue a nivel internacional, con una orden de búsqueda que se ha actualizado con un doble delito de homicidio.

El auto judicial recién dictado por la jueza ha concluido en el marco de la instrucción del caso que Tomás Gimeno, el padre desaparecido en Tenerife con sus hijas Anna y olivia desde el 27 de abril, las mató presuntamente en su finca de Igueste de Candelaria para causar a su expareja y madre de las niñas el mayor dolor imaginable.