Pedro Sánchez durante la intervención de la portavoz de Bildu en la primera votación de investidura / Congreso

Un debate especialmente polarizado donde se ha pasado con facilidad de la agresividad a las «palmaditas en la espalda» ha precedido al fracaso de la primera votación de investidura de Pedro Sánchez.

Tras la jornada de ayer, el debate de investidura continnuaba durante la mañana de este domingo 5. Ya habían intervenido los principales líderes políticos con representación en el Congreso, dejando escenas de especial tensión en la Cámara, aunque quedaban todavía algunas en la recámara.

Durante este sábado en el Congreso se ha vivido desde el reproche de Teresa Jiménez Becerril a Sánchez por la participación de Bildu en el pacto para la investidura, «Eso es ETA y está pactando con ellos, aplaudan»; a la marcha de parte de la bancada independentista durante la intervención de Abascal, que ha defendido que Torra debe ser detenido si continúa en rebeldía. Por su parte, ya este domingo, Abascal y los dos diputados de Vox víctimas de ETA se han salido del hemiciclo durante la intervención de la portavoz de Bildu.

No ha sido lo único que reseñar durante el mensaje de Bildu. Hasta en tres ocasiones durante la intervención de Aizpurua, su portavoz, la bancada de centro derecha y derecha se ha alzado en gritos y protestas que han derivado en una importante bronca. Batet, presidenta del Congreso, ha pedido «respeto» al «pluralismo político», mientras los diputados de las derechas denunciaban la herencia de ETA en Bildu. Aizpurua ha acusado también a Felipe VI de «autoritario», algo que ha sido detonante de parte de las reacciones más bruscas de la Cámara. Sánchez ha evitado defender al Rey en sus siguientes intervenciones, mientras Bildu le recordaba que «no puede formar gobierno sin el concurso de las izquierdas soberanistas».

Sánchez se ha quedado a 10 votos de lograr la mayoría absoluta, 176, que se le requería para salir investido en esta primera votación. El resultado ha sido especialmente ajustado: 167 ‘síes’ frente a los 165 ‘noes’. El principal cambio ha sido el ‘no’ anunciado por Ana Orantes, de Coalición Canaria, que inicialmente iba a ser una abstención. Orantes señaló en la tribuna que no va a «traicionar» a España.

Desde los que piden «valientes» para seguir su ejemplo a los que enarbolan el «diálogo» para salir del bloqueo con signo de izquierdas, la polarización del Congreso deja aun así un panorama halagüeño para Sánchez el próximo día 7, cuando tendrá lugar la segunda votación de investidura y en la que necesitará tan solo mayoría simple para resultar electo.