Autoescuelas /SA
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5,6 millones de españoles podrían verse seriamente afectados económicamente a la hora de obtener el carnet de conducir si finalmente entra en vigor el Real Decreto impulsado por la DGT, en un inicio previsto para este pasado 1 de julio, por el que se obligaría a los alumnos a recibir 8 horas de formación presencial en las autoescuelas para acceder al examen teórico. Esta es una de las principales conclusiones que se extraen del Informe de impacto económico sobre la formación presencial obligatoria para acceder al examen teórico de conducción, desarrollado por la Plataforma de Autoescuelas Digitales (PAD).

La plataforma, integrada por las principales autoescuelas digitales, representadas por Dribo, Miteórico, Obikar, y Autoescuela Súper Express entre otras, busca defender la educación vial digital y apostar por un modelo de enseñanza basado en la innovación y el uso de las nuevas tecnologías. Con el objetivo de analizar el impacto económico que podría tener la propuesta de la DGT frente a la opción de una formación a distancia, han realizado este estudio, que analiza la distribución geográfica de todas las autoescuelas en España para calcular los costes de desplazamiento y, a continuación, se analiza el impacto sobre la competencia en el sector de las autoescuelas y sus efectos sobre el consumidor.

El requerimiento de formación presencial promovido por la DGT parece haberse planteado sin tener en cuenta el impacto económico que supondría para aquellos residentes en municipios que no cuentan con autoescuela, ni los efectos negativos que podrían derivarse desde el punto de vista de la competencia ya que la medida perjudicaría el poder de decisión de los consumidores”, comenta Miguel González-Gallarza, portavoz de PAD y CEO de Obikar. “El consumidor no está dispuesto a asumir este sobrecoste ni a perder su derecho a elegir. Son ya más de 11.000 personas las que así lo han manifestado al apoyar la petición en Change.org por un carnet de conducir más económico y accesible a la DGT y al Ministerio del Interior de #Wantodrive, el movimiento a favor de la educación vial libre”, añade González-Gallarza.

 El precio del carnet, más elevado todavía

 A pesar de que ya al 53,9% de los españoles que obtuvieron el carnet recientemente les resultó excesivamente caro[1], su precio podría verse incrementado con la nueva medida de manera notable si se tienen en cuenta los costes de desplazamiento de la población que no dispone de autoescuela en su municipio. Este hecho que a priori puede no parecer alarmante, sobre todo en las grandes ciudades y poblaciones, cobra otra magnitud si pensamos que el 80% de los municipios no cuentan con una autoescuela, el 52% del territorio nacional, o en términos de población, el 12,3% de los españoles no tiene acceso a una autoescuela en su lugar de residencia, un total de 5,6 millones de personas.

Para calcular el potencial coste de los usuarios se ha sumado el coste de desplazamiento en medios públicos y el importe nocional de su tiempo, es decir, el tiempo dedicado al trayecto por el valor de su tiempo[2]; que recoge la idea del coste de oportunidad del tiempo del viaje, es decir, del beneficio que el trabajador podría obtener si utilizara ese tiempo en aquella actividad que le reporta una mayor ganancia personal. Según el estudio, el sobrecoste total medio sería de 191,09 euros por alumno y curso – de cuatro sesiones de dos horas cada una -; lo que aplicado al conjunto de residentes en municipios sin autoescuela que obtuvieron el carnet en 2018[3] sería de más de 11,5 millones de euros anuales en la economía española. Cantidad que podría duplicarse – 382,18€ por individuo – en caso de que las sesiones formativas tuvieran solo una hora de duración, lo que dependería de la oferta de cada una de las autoescuelas.

Las zonas más afectadas por la medida

 Como cabría esperar, la localización de las autoescuelas responde a la distribución demográfica que caracteriza a España. Las autoescuelas se sitúan sobre todo en núcleos urbanos de más de 5.000 habitantes mientras que la presencia de autoescuelas es muy escasa en los municipios de menos de 5.000 habitantes. Algunas claves del impacto por regiones:

  • Las más afectadas son Castilla-La Mancha y León, Extremadura o Castilla y León, regiones en las que se produciría un mayor impacto económico negativo al tener un alto número de municipios con menos de 5.000 habitantes.
  • En Castilla-La Mancha, Aragón y Extremadura hay una autoescuela cada 200 kilómetros cuadrados, y en Castilla y León, cada 250. La suma de estas regiones representa más del 50% del territorio español, cuya población necesitaría desplazarse varios kilómetros para poder ir a una autoescuela.
  • En Castilla y León, Aragón y la Rioja más del 90% de los municipios no tienen autoescuela, aunque la concentración en unos pocos municipios se produce por igual en casi toda España. Solo las regiones de Murcia y Baleares cuentan con autoescuelas en más del 50% de sus ayuntamientos.
  • Castilla y León es la región española con mayor proporción de población sin acceso a autoescuelas con 1,1 millones de habitantes residiendo en municipios sin autoescuela.
  • En términos absolutos, además de Castilla y León, las regiones con mayor número de personas residentes en municipios sin autoescuela son Andalucía, con 765.000 habitantes, Cataluña con 662.000 y Galicia con 468.000.
  • Si a la baja densidad añadimos las dificultades orográficas que dispersan la población, también cabe destacar Castilla-La Mancha, Extremadura y Navarra, regiones con una población con acceso muy complicado a una autoescuela superior al 20%.

Hasta 33km de distancia media y 88 minutos de trayecto cada vez que asistan a clase

 Para el conjunto de los municipios de más de 5.000 habitantes sin autoescuela, la distancia media hasta la autoescuela más cercana se sitúa en 12 kilómetros.  Sin embargo, para los municipios de menos de 5.000 habitantes la situación es mucho más compleja: los habitantes de algunos de ellos, como los situados en algunos valles pirenaicos, tienen que recorrer cerca de 100 kilómetros para llegar a la autoescuela más cercana. Por ello, la distancia media llega hasta los 33 kilómetros. En este caso, el tiempo total de cada trayecto sería de 88 minutos, teniendo en cuenta la distancia a recorrer, la velocidad media de los autobuses metropolitanos (28km/h) y los 17 minutos de espera media que puede haber entre dos autobuses en hora punta[4].

Además de la distancia y el tiempo empleado para recorrerla, hay que tener en cuenta que muchos de los recorridos no pueden realizarse mediante transporte público, por lo que el estudiante del permiso de conducción no puede desplazarse autónomamente hasta la autoescuela de destino y requerirá la ayuda de alguien con medio de locomoción propio y por tanto con permiso de conducir.

 La educación presencial es más cara que la educación a distancia

 Además del sobrecoste de desplazamiento, la obligatoriedad de la formación presencial para la preparación del examen teórico puede tener efectos sobre la competencia y la libertad de elección de los consumidores de servicios de autoescuela. De hecho, esta obligatoriedad de la formación presencial puede reforzar la práctica de venta conjunta de los dos servicios principales de las autoescuelas: la formación teórica y la formación práctica. Esta modalidad, conocida como bundling, consiste en la adquisición por parte de los estudiantes de dos servicios teóricamente individuales en un paquete único, lo que hace a los consumidores “cautivos”.

A través de esta venta de ambos servicios, las autoescuelas suelen ofrecer precios más bajos u ofertas vinculadas a la formación teórica, para aplicar un precio superior en la formación práctica. Una situación de cautividad para el consumidor. Sin embargo, los mercados digitales permiten reducir los costes marginales de búsqueda de información y los gastos administrativos de cambio de expediente: a diferencia de lo que cuesta la inscripción en una autoescuela tradicional, inscribirse en una digital es prácticamente gratis y cambiarse de autoescuela cuesta 8,50€”, afirma Miguel González-Gallarza.

Teniendo en cuenta esta práctica, la obligatoriedad de la presencialidad eliminaría la competencia de las autoescuelas digitales que proveen formación vial a distancia, reduciendo la libertad de elección de los consumidores y favoreciendo la constitución de una posición de dominio de las autoescuelas con mejor posicionamiento geográfico. Por tanto, la exigencia de presencialidad para la formación teórica dotaría de una ventaja competitiva a las autoescuelas físicas para capturar el mercado en detrimento de las autoescuelas digitales y en perjuicio del alumno.

Tras una comparación de los precios medios de las autoescuelas presenciales con las autoescuelas digitales, se observa que el precio medio de las autoescuelas digitales es unos 250 euros más barato que el precio medio de las autoescuelas presenciales. De esta manera, imponer la presencialidad y dejar en desventaja competitiva a las autoescuelas digitales supone limitar la libertad del alumno para optar por una opción formativa más asequible y que puede adaptarse mejor a sus necesidades.

Sumando la diferencia de precios existente entre las autoescuelas presenciales y las digitales al sobrecoste de desplazamiento, se estima que la exigencia de presencialidad para la formación vial teórica podría producir un sobrecoste de casi 450 euros por alumno (tablas 1 y 2). En el conjunto del mercado de las autoescuelas, esta pérdida de rentas de los consumidores podría ascender a casi 27 millones de euros anuales, alrededor del 7 por ciento del mercado español de las autoescuelas.

[1] Encuesta sociológica Wantodrive de la Plataforma de Autoescuelas Digitales. Junio 2019.

[2] El coste por hora trabajada es de 14,88€ según el salario medio bruto por hora trabajada en España.

[3] Según DGT un total de 493.955 titulares obtuvieron su primer permiso de conducción durante el año 2018, 60.756 de los cuales se tendrían que haber desplazado a otro municipio (12,3%).

[4] Según datos del informe del Observatorio de Movilidad del año 2018 y tomando como el tiempo de espera el 50% del tiempo de intervalo entre dos autobuses metropolitanos que asciende a 34 minutos en hora punta.