El cambio de hora del domingo día 31 de marzo podría ser uno de los últimos, debido a que la Unión Europea tiene la intención de acabar con él en los próximos años. Es más, algunos estudios consideran que el cambio de hora produce un considerable número de efectos negativos. 

A pesar de que todo apunta a que ya queda menos para despedirse del cambio horario -los europarlamentarios piden alcanzar un acuerdo antes de 2021-, este todavía sigue dando que hablar. Y ahora aún más, porque el próximo domingo 31 de marzo a las dos de la madrugada habrá que adelantar el reloj una hora.

Acierto.com avisa que adelantar la hora «incrementa los riesgos de sufrir hipertensión y migraña e incluso eleva las tasas de suicidio y robo. De hecho hasta la productividad de los trabajadores decrece y se disparan los accidentes laborales. Sobre todo en aquellos puestos más exigentes físicamente, donde las lesiones aumentan en un 6%». Según la web, esto se resume en que las personas «duermen peor», lo que  conlleva «falta de concentración, inestabilidad, sensación de debilidad, etcétera».

Además, según Acierto.com, 9 de cada 10 españoles están de acuerdo con eliminar el cambio horario. «Un porcentaje que se encuentra por encima de la media europea, cuyo 85% comulga con hacerlo. Y eso que en nuestro país el ahorro se mueve entre el 0,1% y el 0,5% y que es en otros países donde se nota más».

El cambio de hora se reutilizó en la década de 1970, cuando llegó la primera crisis del petróleo. Sin embargo, los orígenes de la tradición están en la Antigua Roma, cuando la tercera hora tras el amanecer, empezaba a las 09:02 y duraba 44 minutos en el solsticio de invierno, pero en el de verano comenzaba a las 06:58 y duraba 75 minutos, según ha declarado el historiador Jérôme Carcopino en 20 minutos.