Imagen cedida por Layane Dias a la BBC

Pocos días de comenzar a trabajar  en unas prácticas, Layane Dias empezó a sentir dolores muy fuertes en la espalda. Tras haber intentado paliar los dolores con medicamentos, la joven acudió a un centro sanitario para averiguar qué le ocurría.

«No conseguía sentir nada del pecho para abajo», le explica a BBC Brasil. Según cuenta, el neurocirujano que la atendió le explicó que una bacteria llamada Staphylococcus aureus, que consigue transmitir enfermedades a través de la sangre, había entrado en su organismo a través de una infección.

«El médico me preguntó si había tenido alguna herida en la nariz o algo similar porque, tal como me explicó, esa bacteria suele generarse en las fosas nasales. Fue entonces cuando le conté que me había hecho un piercing en la nariz el mes anterior». El médico no lo dudó: «El piercing fue la puerta de entrada de la bacteria a tu cuerpo».

La joven reconoció que haber sufrido contratiempos con el piercing. Por primera vez le había salido sangre durante la perforación. También se le hinchó y puso roja la punta de la nariz, pero no le dio importancia. «Pensaba que solo se trataba de un grano, pero me dio fiebre. Me lo traté yo misma, me puse unas pomadas y a la semana desapareció».

Una resonancia magnética mostró que tenía 500 mililitros de pus entre tres vértebras que presionaban su médula espinal. La operaron de urgencia para retirarle el líquido. El cirujano encargado de la operación, el doctor Oswaldo Ribeiro Marquez, cuenta que, aunque es raro, es posible que un piercing cause paraplejia.»Puede darse en casos en los que hay alguna complicación en el proceso», asegura, a la vez que confiesa no haber visto algo así en sus 15 años de experiencia clínica.