Primeros días de diciembre de 2014. En esa época se puso la “primera piedra” de la Portada de la Feria 2015.

Hace cuatro meses y medio, por tanto, desde que se empezó a preparar el ambiente para la llegada de la fiesta grande de Sevilla. Como el Winter is coming de Juego de Tronos, nos anunciaban entonces en diciembre que Feria is coming. Ahora, al fin, vamos a disfrutarla. Tenemos por delante toda una semana para ello, para volver a familiarizarnos con las casetas, el albero, los trajes de gitana, los de corto, los caballos y las sevillanas (y, por mucho que no queramos asumirlo, el Dale a tu cuerpo alegría Macarena).

Pero os garantizo que este domingo no, sino el siguiente, la Feria habrá pasado. Y, como cada año, comenzará el desmontaje de las casetas y de la Portada. Por experiencia de lo ocurrido en otros muchos años pasados, debe resultar una extraordinaria obra de ingeniería pues desde el inicio del montaje de ésta última hasta la conclusión pasarán como mínimo seis meses.

Es decir, que desde principios de diciembre de 2014 hasta junio de 2015, y así cada año, la calle en la que está situada la Portada se cierra al tráfico para poner en pie una estructura que tiene un uso de una semana al año. Esa calle proporciona la posibilidad de salida y entrada de todo un barrio a la SE-30, que, durante ese tiempo, debe buscar otras alternativas. ¿Es necesario? ¿Realmente hay que invertir tanto tiempo en la construcción de esa estructura? ¿Es indispensable que durante seis meses al año esté cortada esa calle? ¿Se puede hacer en menos tiempo? ¿Es demasiado contemplar la posibilidad de establecer la Portada una manzana más a la izquierda o a la derecha donde no influya en el tránsito de los coches el resto del año? O, algo mucho más revolucionario, ¿cabría la posibilidad de que la Portada no cambiase todos los años y así no tener que cortar dicha calle con su construcción, como ocurre en otras ferias de esta Andalucía nuestra?

“Sevilla”, como concepto, es una ciudad de tradiciones con las que a veces resulta difícil dialogar si ese diálogo implica modificar lo que se ha estado haciendo siempre de una determinada manera, pero quizás merecería la pena contemplar por un momento la posibilidad de atender a los inconvenientes que hacer las cosas como siempre se han hecho acaban suponiendo para los mismos vecinos durante tanto tiempo. Y sólo por una Portada decorativa cuya máxima afluencia se recibe una noche al año, la del Alumbrado. Como si en la Puerta del Sol (como el año que fue), por el espectáculo de las campanadas de Fin de Año tuviese que estar cerrada esa plaza de Madrid durante medio año. De locos.

Biólogo de formación con filósofa deformación, escritor, autor de la novela 'La soledad del escribido' y del blog 'Mi Mundo Descalzo', ha sido infectado por dos moscas ciertamente peligrosas: una,...