opinion mjsantos 31 oct 15

Las mujeres somos objeto de presión desde que nacemos. Tener una sociedad de raíz eminentemente patriarcal es un yugo que a pesar de los años sigue pesando y por mucho pseudofeminismo que haya esto sigue siendo nuestro pan de cada día. Y al final, caemos en los clichés.

Las mujeres seguimos siendo matrices, úteros con piernas destinados a la procreación. ¡Váyanse ustedes al carajo! La cuestión de la maternidad es algo que, aunque los gobiernos se empeñen en hacernos esta libre decisión cada vez más complicada, solo debe incumbirnos a nosotras. Y a nuestras parejas.

Líbrenos Dios o el ente superior en el que usted crea de sentirnos libres de opinar sobre lo que cada uno hace a este respecto. Quién sabe los motivos que tiene cada mujer, cada pareja, para plantearse su paternidad. El cuándo, el cómo y el porqué son cuestiones de ámbito estrictamente privado, como cualquier cuestión relacionada con la salud y la vida privada de las personas.

No todos tienen ni tenemos como objetivo vital el ser padres, o al menos no es una cuestión planteable en un momento determinado por razones que, aunque cueste a la gente comprender, no le importan a nadie tengan o no para ellos justificación.

Por eso, a quien me pregunta, insiste o presencio que somete a otra persona a un tercer grado con este fin, solo puedo responderle una cosa. “Cuando nos dé la gana”. Y déjennos de presionar con topicazos que tienen que ver con el arroz, porque si de arroz se trata, yo siempre lo he preferido con gambas, gracias.