La realidad del Betis actual nada tiene que ver con la penosa que sufrimos hasta hace muy poco, esa en la que los loperas, rodríguez-sacristanes, pepe leones, larribas, oliveres, cuquis de triana y compañía pululaban por las entrañas del estadio Benito Villamarín pisoteando la centenaria historia de nuestro club.

Ismael F. Cabeza. La ratificación de las medidas cautelares impuestas por Mercedes Alaya ha ahuyentado y apartado, espero que de manera definitiva, a todos esos presuntos ladrones y sinvergüenzas -la lista es muy larga- que tanto daño han hecho al Betis desde el maldito año 1992 hasta el 13 de diciembre pasado. La Audiencia se ha pronunciado y no ha podido hacerlo de forma más clara. Bye bye indeseables.

Desde que la Audiencia dijo ‘aquí estoy yo’, ha habido silencios significativos y algunos comunicados lamentables a los que voy a dar cancha -para reírme de ellos, por supuesto- una vez más. Cada día escribo menos sobre Lopera, Oliver y demás muñecos porque a día de hoy, afortunadamente, no son nadie en el Betis. Y espero hacerlo menos aún a partir de ahora.

Oliver se sacó de la manga un comunicado en el que, con el rabo entre las piernas, reconoce que su paso por el Betis sólo ha sido un capricho del que, afortunadamente, le han botado más pronto que tarde. Te la han metido chaval, ahora a pelearte con el de la calle Jabugo y dejad tranquilo al Betis, aunque todavía está por ver que sea verdad eso que dices de que vas a demandar a Lopera. Al que sí ha demandado, al parecer, es a José Antonio Bosch, por aquellas declaraciones en las que el vicepresidente del club anunciaba el presunto saqueo llevado a cabo por Oliver y sus secuaces en los meses en los que estuvieron al frente de la entidad. Veremos donde acaba todo eso, aunque a Bosch se le ve un hombre cabal y estoy seguro de que si dijo todo aquello es porque tiene pruebas más que suficientes para demostrar que es verdad.

Otro tema, tal vez anecdótico pero que demuestra en manos de quiénes hemos estado, es el de la no publicación en el BORME (Boletín Oficial del Registro Mercantil) de los movimientos en el consejo de administración llevados a cabo entre la fecha de la marcha de Lopera y la liberadora Junta del 13 de diciembre. Tal vez achacable a un defecto de forma, el caso es que no se hicieron las cosas como debían de hacerse, una vez más.

Y como al que escupe para arriba le suele caer encima su propio salivajo, el representante de Mehmet Aurelio se destapó con unas declaraciones en las que deja a Oliver con el culo al aire. El tema comisiones es algo que va a dar que hablar en los próximos meses y Bayram Tutumlu arremetió contra el mandamal navarro diciendo que tiene un papelito firmado por Pepe León -qué triste vida, Pepito cuchara- en el que se le prometía al representante el pago de una comisión de 200.000 euros si conseguía encontrar acomodo para el jugador. Lo más sangrante es que hay otros 300.000 euros en comisiones que aún está por ver quién se embolsó. Se sabrá, sin duda. Y lo peor de todo es que el que tiene que pagar, como todo lo que se gestó con Lopera y Oliver al mando, es el Betis. Ni el presunto ladrón de la calle Jabugo ni el espabilado navarro pusieron un euro jamás, aunque siga habiendo cortitos que no entiendan esto.

Como decía al principio de este escrito, por fortuna en el futuro del Real Betis Balompié no se atisban loperas, oliveres ni personajes de su calaña. La justicia está poniendo a cada uno en su sitio y el de esta gente está lejos del Betis. Sólo hay que ver cómo han dejado al club, hecho un solar, para entender que representan lo peor que ha pasado por la entidad en sus 103 años de historia.

A partir de ahora, vacío absoluto a estos personajes. Si son noticia por alguna calamidad -no pueden serlo por otra cosa- me haré eco de ello, pero como siempre he defendido: ‘A menos Lopera y a menos Oliver, más Betis’.

¡Viva el Betis Manque Pierda!

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