Cajasol se encuentra a una semana de iniciar su andadura por Europa sin hacer los deberes en la competición doméstica, donde todavía está por engrasar. Muchas caras nuevas, cansancio acumulado de las selecciones, un sistema nuevo para muchos jugadores son o el calendario, a primera vista, los grandes problemas de este Cajasol que debe mejorar mucho si quiere presentar armas convincentes como las mostradas la temporada pasada.

José Luis Sosa. Que el rendimiento de Cajasol esta temporada no está siendo el mismo que en el curso anterior, lo sabe cualquier aficionado al baloncesto.  El equipo está rindiendo por debajo de su capacidad y parece falto de tiempo. Muchas caras nuevas y muchos roles nuevos y la ilusión de la afición por repetir el éxito de la temporada pasada.

De momento, el cóctel no está saliendo con un sabor tan agradable como el que se ofrecía el año pasado en la mayoría de los partidos en los que Cajasol jugaba.

La temporada pasada a estas alturas de temporada, los sevillanos eran un equipo aguerrido, con una serie de jugadores que tenían que cambiar su mentalidad para mejorar al equipo. El grupo estaba por encima de las individualidades, y el grupo era sacrificado y con la idea clara de tener que defender para llegar al objetivo marcado: la salvación. El objetivo fue cambiando durante toda la temporada, viendo el gran rendimiento cajista. La copa y los play-offs fueron objetivos sevillanos y todos fueron conseguidos. La ilusión iba creciendo poco a poco.

Con el gran año pasado, Cajasol recibió billete para Europa. Pero es muy probable que no llegue en el mejor momento posible. Con una racha consecutiva de dos derrotas y en proceso de recuperar la imagen del año anterior. Un equipo que ha ido dando pinceladas en todos los partidos que ha jugado, pero no ha disputado ningún partido completo. Si estaba bien en ataque, en defensa andaba algo despistado y viceversa. Y todo con desconexiones preocupantes durante el partido, que le han hecho perder rentas cómodas en sus partidos.

El cansancio está afectando también a la plantilla. Sólo tres jugadores estuvieron en verano con su selección. De ellos, sólo dos jugaron con su combinado nacional: Ivanov y Calloway. El base acusa los minutos acumulados durante el verano y no está fino en ninguno de los dos aros. El interior, por su parte, no ha encontrado la importancia que tenía el año pasado en Manresa, pero su garra gusta mucho en Sevilla.

También podemos hablar de un calendario exigente, con tres salidas a canchas complicadas y con visitas de algunos equipos importantes en ACB. No obstante, el problema aparece cuando Cajasol desconecta o no compite en alguna de esas plazas: bien se queda dormido y aparece tarde al partido o bien se duerme durante el mismo. Eso ocurrió en Málaga, donde entró con casi tres cuartos de atraso, y en Zaragoza, donde el equipo durante un tiempo bajó los brazos y no compitió como tiene acostumbrado a todos los cajistas.

El esquema de juego de Plaza, muy sacrificado, no casaba de inicio con algunos nuevos jugadores, perdidos en las distintas defensas a toda pista y sin saber bien donde posicionarse. Poco a poco los nuevos jugadores van aceptando los conceptos en defensa, aunque todo el equipo deberá ‘agachar el culo’ para luchar por el pase a la Copa del Rey.

La escuadra sólo necesita algo que le vendrá con el paso de las jornadas: tiempo. Tiempo para que los nuevos se adapten al nuevo esquema de juego y que entiendan lo que Joan Plaza les pide. Tiempo también para que los que estaban el año pasado y tienen un rol distinto lo asimilen y hagan suyo.

La Eurocup quizás ayude a los cajistas a afianzar el bloque; pero lo que es cierto es que llega en un momento poco propicio.

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