PRIMER MES

Hace un mes  que estamos confinados. Sin Semana Santa, ni feria. Deberíamos estar en la playa, tomando el sol y comiendo chocos. La primavera ha llegado a nuestras ventanas, balcones , patios y azoteas. ¡Pasa ligera, maldita primavera!

Domingo, 15 de marzo de 2020

DÍA DOS

Yo no hubiera creído, que este año, 2020, llegara a ser tan significativo. Hace un mes no hubiera imaginado hasta qué punto: llevamos dos días en alerta, confinados en casa. Sólo podemos salir a comprar el pan, a la farmacia a un centro de salud, aunque está permitido darle un paseo a la mascota.

Yo acababa de conciliar mi vida de jubilada con tareas creativas en casa -pintar, escribir-o domésticas-cocinar, limpieza, jardinería- y salidas matutinas y/ o vespertinas en las que podía perder el tiempo. Creía que iba a aburrirme de tanta rutina.

Y ahora, en quince días, debo organizarme para no caer en el tedio, en la desidia o la desesperación. La primera y la segunda noche apenas dormí. Me despertaba con pesadillas sobre el coronavirus: ésto no puede estar pasando, no  aquí. Me llevaba todo el día en pijama y pensando en la hora de comer. Sólo atinaba a poner la lavadora y limpiar el baño.

Ahora he reflexionado y me he acordado de lo que mi madre decía: “hay que ir con los tiempos. Las cosas se van tomando como van viniendo”

Lo primero que me he propuesto es hacerme un calendario. También me he propuesto levantarme, como todos los días, arreglarme y vestirme como si fuera a salir fuera a desayunar. Después  recojo la cocina, salgo al patio y me pongo a borrar los mensajes. A veces ni los miro. ¿Es que me voy a pasar quince días viendo “pamplinas” de gente tan aburrida como yo? Luego pongo la radio y escucho algunas noticias, repetidas a cada rato.

Domingo, 22 de marzo de 2020

DÍA NUEVE

Otro día echao atrás. Empiezo por lo último. Hemos visto una película de ciencia-ficción, con más rollo que una del oeste. Pero hemos estado entretenidos.

A las ocho de la tarde, como viene siendo habitual, salimos a la terraza y estuvimos un rato aplaudiendo. Yo toqué los palillos, como de costumbre. Hablamos con los vecinos de abajo que hacía días que no los veíamos.

A ver si pasa pronto ésto, una está encerrá. Esta tarde he estado dos ratos planchando. ¡ Es lo que toca! Hoy, como es domingo, hemos comido arroz. Esta mañana temprano, después del desayuno, he tomado el solecito en el patio.

Quisimos hacer del día otro domingo cualquiera, pero éste no se le parecía ni por asomo. Hasta bromeamos con que sería una buena tarde para ir al cine. A ver qué películas ponen en Los Alcores…pero nada no nos salía. Los domingos ya no son lo que eran, de momento.

Domingo 29 de marzo de 2020

DÍA DIECISÉIS

El domingo  por la tarde estuve más de una hora planchando. Hoy he planchado sentada, no como el otro día que planché de pie y luego me dolían los brazos.

Quise levantarme un poco más tarde, como era domingo…pero nada, ¡como un reloj! Antes de las nueve ya estamos en planta. A las diez, desayunando.¡A ver pa qué! 

Este domingo tenía dos llamadas perdidas de mi hermana mayor. Mi tía, que acababa de cumplir 100 años, había muerto.

¡Vaya domingo! Se me olvidó escribir el resumen del día y por poco se me olvida el del lunes.

Esta noche ha venido mi hijo con la perrita par recoger la tarjeta del médico y las recetas. También nos hará la compra, para que nosotros no tengamos que salir. Esto es lo que yo llamo “una dependencia adelantada” Al menos lo vemos de vez en cuando. A mi hijo chico solo por teléfono, oímos su voz y por vídeo-conferencia. Sigue confinado en Madrid.

Durante el confinamiento, he bailado diariamente flamenco y he subido o bajado las escaleras una o dos veces en el día.

Estamos mu quejosos los dos: a mi me duele la cabeza, a él le duele el lado…Yo creo que nos estamos resintiendo un poco de este confinamiento que, sin embargo, no ha hecho más que empezar. Los pájaros cantan por la mañana y es un placer oírlos, sin ruido alguno. 

Pero esta espera nos está pasando ya factura. No se cómo vamos a llegar a los sesenta días que han resistido los chinos. Sólo llevamos la tercera parte.

Y ya no ponen la canción “Resistiré”, ni nos mandamos tantos guasas.   Preferimos llamarnos por teléfono, al menos para oír la voz del otro. ¿Hartos de ser creativos? Me parece que no está muy claro el final del túnel. ¡Ay, dios mío! ¡Cuánto desajuste! Y los artistas, la gente  de la cultura haciendo huelga..

Domingo, 5 de abril de 2020

DÍA 23

Hoy es domingo y hemos decidido descansar, como ayer. Bueno, la mayor parte del día la he dedicado a hacer dos nuevas mascarillas. Intenté hacerlas a máquina y se me partió la aguja. Me propuse en el día de descanso no coger el ordenador, no escribir no trabajar en el cuento y pocos guasas, solo los imprescindibles.

Pues a las siete convocamos una reunión familiar por el Zoom que nos duró hasta las nueve, interrumpiendo a las ocho para aplaudir.

Después vino la cervecita y más tarde la cena, la película y a la cama. Todos intentando quebrar el confinamiento: unos vestidos de nazarenos, otros haciendo guateques o barbacoas y otros paseando infinitamente al perro. Porque al que paseaba la misma barra de pan ya lo pillaron.  

Los guasas de mis amigas me van diciendo del cansancio de estar encerradas con niños chicos, solas. Yo les podía decir lo que me pasa a mi, encerrada con mi marido, de la noche a la  mañana, un día y otro.

Domingo, 12 de abril de 2020

DÍA 30

Hoy hemos puesto la mesa de pin-pong, guardada hacía 15 años. Le hemos mandado la foto a los niños y están muy contentos de vernos tan activos. Ellos recuerdan cuando jugábamos los cuatro juntos y están deseando que esto pase para volver a jugar.

Anoche dormí mal. Por eso hoy quiero acostarme pronto. Hemos limpiado lo más preciso-hoy es domingo-. Por la tarde, como todos los días, hemos salido a la terraza para los aplausos. La vecina no tenía hoy muchos ganas de hablar y desapareció enseguida. 

La gente no deja de reenviar noticias falsas que luego hay que desmentir. Mañana vuelven los trabajadores que cogieron “permiso remunerado”. Nosotros no podemos quejarnos. Estas son unas vacaciones de jubilados, eso sí con restricciones. Estamos bien de salud y, eso es lo importante. 

Aquí seguimos, con el COVID-19 empeznacao.

Maestra, especialista de francés. Titulada por la Escuela Oficial de Idiomas, colabora en La Voz de Alcalá desde el año 2003 y en el periódico local 'La higuerita' de Isla Cristina desde el año 2010....