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El fenómeno creciente de la electroestimulación tiene seguidores y detractores pero más allá de preferencias hay que tomar precauciones. Hay que hacerlo siempre acompañado de profesiones y nunca como sustituto del deporte.

La electroestimulación muscular hace pocos años que está de moda, pero ya está asentada entre numerosas franquicias de centros deportivos de todo el país. Se trata de una práctica que, aunque aún es desconocida para muchos, se utiliza desde el último siglo en el ámbito de la fisioterapia.

Aunque, al contrario de lo que pueda pensarse, no es un ejercicio pasivo para personas sedentarias o aquellas más perezosas que prefieren una sesión de impulsos eléctricos a un rato de carrera. La electroestimulación es un complejo proceso que conlleva unos riesgos.

Se trata de un método en el que a través de chalecos con sensores que cubren todo el cuerpo, la persona puede trabajar un conjunto de músculos -o todos a la vez- mediante impulsos eléctricos. El objetivo es conseguir una mayor tonificación y pérdida de grasa. Su intensidad puede regularse, al igual que su duración y frecuencia, en función de las capacidades y objetivos de quien lo usa.

“Consiste en trabajar a través de estímulos que llegan a fibras más profundas que, de otra forma, no se llegaría”, garantiza el entrenador especializado en electroestimulación del gimnasio Firme 20, Narcís González. El doctor en Fisioterapia y experto en Electroterapia, Manuel Albornoz, determina que no se deben trabajar todos los músculos a la vez porque no es el modo en que trabaja el ser humano, realizaría un esfuerzo excesivo.

De hecho, el procedimiento de electroestimulación, o lo que es lo mismo “el fortalecimiento muscular a corriente eléctrica”, como lo denomina Albornoz, “no estimula los músculos, sino los nervios, estos nervios a su vez estimulan los músculos, por lo que si los nervios no está bien no se puede hacer”.

Además, concluye que “lo de llegar a un mayor número de fibras que de otra forma no se consigue es falso”, enfatiza, pues la persona que no trabaje en su vida cotidiana determinados músculos “es porque en sus funciones habituales no los requiere, por lo que la electroestimulación pasiva no sirve para nada”.

Por eso, la electroestimulación no debe usarse como sustituto del deporte, es más, las personas con una vida activa son las que más suelen utilizar este sistema de entrenamiento. Y, además, debe dosificarse muy bien. Lo recomendado por los especialistas es que se use en sesiones de un máximo de veinte minutos debido a su alta intensidad, pues puede producir desgastes musculares e incluso rotura de fibras.

Un estudio científico del Clinical Journal of Sports Medicine, es muy severo respecto a los riesgos de este sistema. Al tratarse de un ejercicio mucho más agresivo al convencional, el sujeto que lo utilice está expuesto a más riesgos, tales como la aparición de rabdomiolisis, un proceso de destrucción y eliminación de fibra muscular que suele provocarse ante situaciones de estrés muscular.

Por eso, para el entrenador González, lo más importante es recordar que “esto es un complemento, no es un sustituto del deporte”.

Siempre, acompañado de profesionales

“Tienes que hacer con tu cuerpo el movimiento para ejercer resistencia al impulso que recibes, no es un ejercicio pasivo, por eso es tan importante que se realice con un entrenador”, señala Alfonso Alonso desde Fit Body Well. “Si no estás en forma, no son recomendables”, reconoce el entrenador, quien también incide en la necesidad de analizar las capacidades físicas de la persona previamente.

En el caso del centro Firme 20, el centro se encarga de que sus entrenadores estén constantemente controlando el trabajo que el usuario realiza con el ‘biotraje’ al que previamente se le prepara una ficha técnica en la que analizan las capacidades y exigencias de la persona, según su peso y formación física “en función de los objetivos que tenga”.

El doctor Albornoz insiste en que todo este procedimiento debe ser desarrollado y supervisado por profesional especializado en electroestimulación. El experto reitera que lo principal es informar al usuario de los riesgos de esta técnica y del uso que se le deba dar. Asimismo, aconseja a los usuarios acudir a centros que cuenten con profesionales bien formados y de diferentes perfiles para complementar la técnica.

Por ejemplo, conviene tener en cuenta las recomendaciones de nutricionistas al tratarse de un entrenamiento que provoca tanto agotamiento muscular, o también la observación de un podólogo que evalúe la forma en que apoyas tus movimientos “que de lo contrario podría derivar en graves problemas”.

“Lo principal de esta herramienta es que tiene que estar muy bien dirigida, sino es contraproducente», añade Carolina Ruero de Body Gobal Training de Granada, un centro especializado que se define por la formación multidisciplinar de la que hablaba Albornoz (médico deportivo, fisioterapeuta y entrenadores).

Para ello hay que medir las cargas, la intensidad con la que se estimula, el porcentaje de grasa que es recomendable perder progresivamente, el perímetro muscular, los puntos de apoyo, etc., “para lo que consideramos esencial el asesoramiento de nutricionistas” además de la previa evaluación del médico deportivo.

La gestora del centro advierte del intrusismo laboral que se está dando al respecto ante personas del mundo de la estética que aplican esta máquina sin tener los debidos conocimientos para su entrenamiento.

Cuidado con el ‘efecto rebote’

Los especialistas recomiendan que, de trabajar con esta técnica, debe hacerse una o dos veces por semana y, como máximo, en sesiones de 20 minutos. Además, debe existir al menos un día de descanso entre medio, y buenos ejercicios de estiramientos, acompañados con ejercicios convencionales y el uso de la elíptica.

Lo que no es recomendable es cargar en exceso los músculos y hacer un trabajo intenso el día en que se acude a una sesión de electroestimulación, ya que el desgaste muscular es muy alto y podrían aparecer lesiones.

Los expertos señalan que lo atractivo de esta técnica es la rapidez con la que se consiguen resultados, porque se quema grasa y se gana volumen muscular. Sin embargo, el doctor Albornoz alerta de que esta práctica también incurre en el denominado fenómeno de irradiación muscular.

Es decir, al estimular unas zonas musculares, por contagio, se estimula un grupo muscular más débil, lo que puede ocasionar un ‘efecto rebote’ ocasionado porque un entrenamiento incorrecto. Esto es, los músculos se hinchan rápidamente pero la falta de trabajo continuado provoca un desgaste y un deterioro muscular, lo que culmina en flacidez.

Por eso, todos los especialistas insisten en que lo ideal para las personas es tener una vida activa y hacer ejercicio físico moderado de manera continuada. Aunque también existe gente que sólo se apuntan a la sesión del ‘biotraje’, la opción recomendada por estos expertos es de complementar una vida saludable con una correcta programación de ejercicios y alguna sesión de electroestimulación y resaltan la necesidad de no utilizar este sistema como sustituto del deporte. Por último, es necesario seguir un control continuo por parte de profesionales cualificados de distintos ámbitos de la salud.