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En la madrugada del sábado al domingo se adelantarán una hora los relojes. Las 2:00 horas serán las 3:00.

Aunque el verano de 2015 comenzará de forma oficial la tarde del domingo 21 de junio, su horario llegará a España en la madrugada de este domingo 29 de marzo. Cuando el reloj marque las 02.00 horas, tendremos que adelantar sus agujas porque realmente estarán dando las 03.00.

El cambio de hora para adaptarnos al horario de verano significa dormir una hora menos la madrugada del sábado al domingo, pero a cambio obtendremos más horas de luz durante el día. Con este horario nos mantendremos hasta el último domingo de octubre, cuando llegará la hora ‘normal’ o de invierno.

El cambio de hora comenzó a generalizarse, aunque de manera desigual, a partir de 1974, cuando se produjo la primera crisis del petróleo y algunos países decidieron adelantar los relojes para poder aprovechar más la luz del sol y consumir menos electricidad en iluminación.

Hoy, unos 1.500 millones de personas de casi 80 países realizan este cambio dos veces al año con esa finalidad. En la Unión Europea, el cambio de hora se aplica como Directiva y la medida se justifica por «sus impactos positivos no sólo sobre el ahorro energético sino sobre otros sectores como el transporte, las comunicaciones, la seguridad vial, las condiciones de trabajo y los modos de vida, la salud, el turismo o el ocio».

Así, la Directiva Europea 2000/84, incorporada al ordenamiento jurídico español por Real Decreto 236/2002, unifica los cambios de hora en todos los países de la UE y estipula que el cambio al horario de primavera-verano se produzca en el último domingo de marzo, y que el cambio al horario de otoño-invierno se produzca en el último domingo de octubre. Esta directiva es de carácter indefinido, pero la Comisión Europea publica cada 5 años un calendario recogiendo las fechas exactas en las que se produce el cambio de horario.

El cambio horario tiene como finalidad reducir el consumo de energía, haciendo coincidir la jornada laboral con las horas de luz natural ya que, si se mantiene el horario de invierno, el amanecer se produciría excesivamente temprano y perdería su correspondencia con las primeras horas de actividad de la ciudadanía.

Dicho horario, que consiste en ir 2 horas por delante del GMT (horario medio de Greenwich) se mantendrá en Europa hasta el último fin de semana de octubre.