El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, se ha reunido esta mañana con el rey de Marruecos, Mohamed VI, en lo que es la apertura de una «nueva etapa», tras las tensiones vividas en los últimos meses entre ambos territorios. Desde el salto masivo de inmigrantes a la valla de Ceuta a la acogida del líder del Frente Polisario, las relaciones entre ambos países han estado tocadas hasta el giro en la posición de España en cuanto al Sáhara Occidental.

Esta «nueva etapa» de las relaciones bilaterales se ha puesto de manifiesto en la Declaración conjunta acordada por ambos países en la que se reconoce que la carta del presidente del Gobierno a Mohammed VI de marzo y la conversación telefónica de la semana pasada entre ambos, «han abierto una nueva página en las relaciones entre España y Marruecos».

«Iniciamos una nueva andadura en nuestra larga historia compartida que debe permitirnos afrontar con seguridad los retos, pero también las múltiples oportunidades de futuro: Un auténtico partenariado para el siglo XXI», ha destacado Sánchez.

Esta nueva hoja de ruta prevé la puesta en marcha de grupos de trabajo, que empezarán a reunirse «en breve», para la concertación «en todos aquellos ámbitos de interés común, como el grupo permanente de migración ya existente; o la creación de otros en el ámbito económico, de infraestructuras, educación, formación profesional, cultura y deporte. España y Marruecos han acordado que, tras estas primeras reuniones, llevarán a cabo una Reunión de Alto Nivel entre ambos gobiernos durante 2022», cuentan desde Moncloa.

Se incluye la recuperación de manera progresiva de la plena normalidad en la circulación de bienes y mercancías en los pasos fronterizos de Ceuta y Melilla, incluyendo los dispositivos apropiados de control aduanero y de personas a nivel terrestre y marítimo. Asimismo, se reanudarán las conexiones marítimas y los preparativos de la ‘Operación Paso del Estrecho.

La posición en cuanto al Sáhara Occidental

Dentro de este manifiesto que se ha firmado conjuntamente, se incluye el cambio de posición que el gobierno de Pedro Sánchez realizó en cuanto a la soberanía del Sáhara Occidental.

España, según el manifiesto, «reconoce la importancia de la cuestión del Sáhara Occidental para Marruecos, así como los esfuerzos serios y creíbles de Marruecos en el marco de las Naciones Unidas para encontrar una solución mutuamente aceptable. En este sentido, España considera la iniciativa de autonomía marroquí, presentada en 2007, como la base más seria, realista y creíble para resolver este diferendo».

Un cambio de posición que ha sido duramente criticado por las asociaciones en favor a la independencia del pueblo saharaui y del arco parlamentario, que daba la espalda este miércoles al gobierno del PSOE y Podemos en este sentido.

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