Personas en un centro electoral / Rocío Gómez

Ser miembro de una mesa electoral no suele ser una buena noticia. Máxime si coincide con el derbi del próximo 10 de noviembre. Sevilla y Betis se enfrentarán en uno de los partidos marcados en rojo en el calendario  coincidiendo con las próximas elecciones generales. Un abonado bético ha usado la retórica y mucha imaginación para tratar de ganarse a la Junta Electoral y no tener que asistir como presidente de una mesa electoral. 

La nueva cita electoral del 10-N viene de la mano de los problemas que suponen para muchos haber sido nombrados presidente de una mesa electoral. Para intentar librarse de este cargo, algunos buscan innovar en las excusas con el objetivo de ganarse el favor de la Junta Electoral.

En los últimos días se ha viralizado la excusa que ha dado este ciudadano para intentar no faltar al derbi del domingo 10-N a las 21:00 horas.  Entre las alegaciones el bético sustenta que su abono le costó 330 euros, señalando que “fue adquirido con anterioridad al nombramiento cuya excusa se solicita, circunstancia esta que viene repitiéndose en el tiempo desde la temporada 1994-1995, hace más de 25 años, como se acredita con el número de socio 3.498”.En la segunda alegación alude directamente al derbi, catalogándolo de uno de los encuentros de “mayor relevancia, coste y significado de toda la temporada”.

La tercera es una de las más curiosas. En ella se declara como “defensor a ultranza de la Carta Magna y un cumplidor celoso de los deberes civiles que manan de ella” y afirma que, de no ser por este partido, estaría “orgulloso” del nombramiento. Pero como coincide, entre ambas opciones, se ve obligado a escoger el fútbol.

“No puede más que decantarse por el partido de su equipo, el Betis, equipo al que ha antepuesto en circunstancias únicas y de trascendente importancia a lo largo de su vida, tales como la fecha en la que contrajo matrimonio o el nacimiento de su primera hija, al que no asistió por estar en un encuentro deportivo”, comenta el bético, quien afirma que para él su equipo “es como una religión. Finalmente, en la cuarta alegación, apunta a la perdida emocional y económica que le supondría no acudir al partido.