El riesgo de padecer ciertas enfermedades aumenta a medida que nos hacemos mayores. La prevención y detección precoz son fundamentales para mejorar la calidad de vida. La falta de calcio en los huesos es uno de los desencadenantes de muchas de las enfermedades que sufren los mayores de edad.

Para medir el nivel de calcio en los huesos, se realiza una densitometría ósea. Es una prueba no invasiva que sirve para diagnosticar precozmente la osteoporosis y para controlar su evolución. Para unos resultados más rápidos, puedes hacerte una prueba privada y conseguir un mejor precio de densitometría ósea en Smartsalus.

La densitometría ósea utiliza una pequeña cantidad de radiación para producir imágenes del interior de las columnas y caderas. Después, analizan esas imágenes para medir la pérdida de hueso para evaluar el riesgo del paciente de sufrir osteoporosis. Es recomendable que aquellas personas mayores de 65 años realicen esta prueba.

La prueba no causa ningún dolor y prácticamente no hay complicaciones que derivan de la densitometría ósea, solamente los riesgos asociados a la radiación, por lo que no se puede realizar ante la sospecha de embarazo.

La osteoporosis afecta tanto a hombres y mujeres, aunque es más frecuente en mujeres después de la menopausia. Se trata de una enfermedad que debilita los huesos y hace que se vuelvan más frágiles y quebradizos. Afecta sobre todo a la columna vertebral, la cadera y las muñecas.

Hay factores de riesgo que aumentan la probabilidad de padecer esta enfermedad. Algunos de los factores no se pueden controlar, como por ejemplo el sexo (las mujeres son más propensas a tener osteoporosis), la edad y los antecedentes familiares.

En cambio, hay otros que sí podemos controlar y es recomendable prestarles mucha atención. La alimentación es un factor clave. Las personas que tienen una dieta baja en calcio y en vitamina D son más propensas a desarrollar esta enfermedad. Las personas con bajo peso y con restricciones alimentares también tienen más riesgo de sufrir osteoporosis. Otro factor importante es el ejercicio físico. El riesgo es mayor para las personas sedentarias. El consumo de excesivo de alcohol y tabaco también influye. Por último, los niveles hormonales también influyen. En las mujeres, la disminución del estrógeno en la menopausia es uno de los principales factores de riesgo.

Al principio no suele presentar síntomas. Es una enfermedad silenciosa. A medida que evoluciona y los huesos se van debilitando, empiezan a aparecer algunas señales, como el dolor de espalda, postura encorvada y huesos más frágiles, que se rompen con más facilidad y sin causa aparente.

A modo de prevención, es muy recomendable llevar una dieta saludable y rica en calcio, en vitamina D y proteína. El ejercicio físico también es crucial, porque ayuda a que el organismo funcione mejor, a tener la musculatura y los huesos en buen estado, además de controlar la obesidad. El sobrepeso también contribuye al riesgo de fracturas, por eso es recomendable mantener un peso saludable para no sobrecargar y mantener una buena salud de los huesos.