Pedro Pablo Santo Domingo descubrió por una conversación de WhasApp que no era realmente el padre de Benjamin, nombre que ya tenía escrito con tinta permanente a lo ancho de su espalda.

El afectado observó en una conversación del móvil de su entonces pareja que ella estaba manteniendo paralelamente una relación con otra persona, que resultó ser el padre biológico del bebé, como demostró una prueba de ADN y un posterior estudio.

Tras lo ocurrido, Santo Domingo, de 22 años, tomó alcohol de forma desmedida y tomó una actitud violenta, pero pronto recibió el apoyo de los agentes de seguridad y tratamiento psicológico, de forma que no llegó a herir a nadie, como ha anunciado el medio mexicano La Voz de Coahuila.