Es poco creativo ilustrarlo todo con el refrán del dedo y la luna, pero es que parece que lo hacen adrede. Podríamos reformularlo en que cuando la ciudad mira algo, cierto sector quiere que miremos «el muñeco».

Así de absurdo ha sido todo. El portavoz de IU compartió una foto de humor ateo en una conversación en twitter en 2013 y se monta en Sevilla un cirio; kafkiano, por no decir algo peor.

Los mismos que la semana pasada se escandalizaban del linchamiento público de Javier Criado, parecían ahora estar montando un patíbulo en la Plaza de San Francisco para el Auto de Fe de Daniel González Rojas, demencial.

El delito era afirmar no creer en Dios y llamar muñeco a un muñeco, vamos, una de esas caritas del Niño Jesús que ahora los guardianes de las cristianas maneras quieren lucir en los balcones estampadas en una colgadura.
No pongo yo en mi balcón una cosa de esas, así me la patrocine ‘Pesebres de Oriente S.A.’, no por nada, a mí la Navidad no me gusta y el exorno lo reduzco al mínimo en esas fechas.

Se ve que los que llevaban demasiados días callados o pidiendo presunción de inocencia tenían ganas de largar fiestas, y allá que se pusieron, a decir que se sentían atacados, que era intolerable, que si campanas, que si Queipo, que si tal y cual Pascual.

Por supuesto nadie quería hacer una pregunta o escuchar un argumento, cuando se tiene la verdad absoluta en la mano derecha y a Dios en la izquierda, pocos complementos más necesitas.

Para adornar el jaleo, sacaron, nadie sabe de donde, una foto de Daniel González de pequeño, adorablemente vestido de monaguillo. Yo creí que para nadie era un secreto que el citado político tenía un pasado cofrade y que pese a su apostasía, sigue disfrutando de la Semana Santa como muchas personas que la viven con ganas y sin fe.

No voy a decir lo que me parece a mí que hombres de cierta edad, hechos y derechos, sobre todo esto último, se pongan por las redes a buscar fotos de niños, pero como consejo, mírense esa tendencia, que es inquietante.
Una parte chirriante del tema es que pese a lo que diga la caspa sevillana, yo no sé donde está el insulto a la imagen sagrada, porque el muñeco de la colgadura a saber de donde lo sacaron.

No hablaba de ningún Cristo o Virgen concreta, al contrario que mucho sector rancio que acostumbra a modo de burla o chanza denominar a ciertas imágenes y conjuntos con sobrenombres más o menos ocurrentes pero siempre grotescos.

Ahora resultará que eso me lo estoy inventando yo, que por cierto, no me escapo de la vergüenza y de tarde en tarde hago gracietas de ese palo.

Pero nada, preocupémonos de hacerle un ‘Zapata’ a Daniel. Busquemos fuera los problemas de las hermandades y cofradías, no miremos dentro, que puede ser demasiado doloroso. Dejemos correr que en las juntas de gobierno no paran de colarse personajes que deberían autoexiliarse de la ciudad, y no sólo hablo del psiquiatra.

Miremos para otro lado cuando hacemos publicidad de la Caridad. Sigamos haciendo como que no hay cofrade que no cumpla los irreales preceptos de la Iglesia, que aquí somos asociaciones fraternales donde impera el amor y la heterosexualidad.

Llevamos mucho tiempo obviando la mediocridad que empieza a impregnar todo este mundillo, lo cual empieza a ser una piedra en el zapato. Por eso es cómodo utilizar el discurso de que nos atacan, ellos, los otros, desde fuera…

No sé si se han parado a pensarlo, pero el argumento de que se reciben provocaciones y hay que responder a ellas es justo el que usan los radicales islámicos, así que si alguno piensa inmolarse con un cinturón de esparto aderezado de explosivos, que avise, por favor, porque es el siguiente paso de esta locura.

Técnica Superior en Integración Social, Graduada en Trabajo Social, Especialista Universitaria en Mediación, Máster Oficial en Género e Igualdad. Actualmente Doctoranda en CC. Sociales; investigadora...