Estamos a salvo señoras y señores concienciados, el machismo ha sido erradicado porque despidieron al falócrata speaker que tan mal habló de unas chicas que fueron al descanso del partido a leer textos filosóficos de Sartre, o algo así era la historia…

De verdad que es muy fuerte como en este país nos la cogemos con papel de fumar, como suele quejarse a menudo, sin falta de razón, Pérez-Reverte. Pero no sólo andamos con melindres, encima orgullosos de ello… Resumo la película que ya conocerán: Descanso de un partido del Mundial de Basket, salen un grupo de animadoras profesionales a bailar… No llevan demasiada ropa, el baile es provocativo y suena el exitazo que para este verano nos tenía preparados Enrique Iglesias, una canción que aunque en cierto momento dice que la chica le gusta por «su filosofía» eso no se lo cree nadie… Y tras este espectáculo, el speaker dice que quien pudiera pasar una noche loca con esas chicas, y entonces… se monta un cirio, uno bueno, con twitter en llamas, gente indignada, titulares de prensa y el resultado final de que despiden al chico.

¿El machista sólo era él? porque yo no voy a defender lo que dijo pero, ante semejante espectáculo intelectual ¿qué pretendían que comentara? «Gracias chicas, tenéis cara de ser todas muy inteligentes y me gustaría discutir con vosotras de filosofía presocrática una noche de estas». ¿Nadie va a pensar más allá? ¿Ninguna feminista va a interponer una queja a la organización responsable? Es rematadamente absurdo buscar un cabeza de turco y dar el tema por zanjado. La periodista que encendió twitter durante la retrasmisión del partido debe estar bien contenta después de que despidieran a ese ser heteronormativo y patriarcal, sin importarle que mientras, en la Fórmula 1 o en el ciclismo seguirán tratando a las azafatas como carne y en algún torneo de tenis volverán a hacer castings de modelos para que auténticos bellezones en minifalda recojan pelotas, perdón por lo de pelotas…

Y por supuesto, Enrique Iglesias se estará dando un paseíllo en moto de agua mientras en el banco se le rebosa la cuenta con su canción veraniega… Así erradicamos el machismo en España, un país donde no solo banalizamos el problema, hacemos algo aún peor, banalizamos las soluciones.