Puede que tenga un nuevo ídolo, aún no he profundizado en el tema pero la cosa pinta bien. El señor en cuestión se llama Pedro Moreno Brenes, quien recientemente ha pronunciado en Málaga el pregón de Las Glorias.
Este profesor de derecho es rojo, cristiano y cofrade. Esta especie es muchísimo más frecuente de lo que muchos piensan y además es una alegría que pueda expresarse así, sin ambages; si el buen hombre llega a ser un facha, cristiano y cofrade fijo que se toma a mal la descripción.
Resulta que el pregón ha sido sin papeles, sin atril, con proyecciones; una cosa tan novedosa como lógica en el siglo XXI. Aunque lo que para unos ha sido novedoso y para la arriba firmante ha sido lógico es que se dijeran cosas tan absolutamente normales como que la Iglesia no debe apartar o excluir a personas por su orientación sexual. Esto, que rubricaría el propio Jesucristo si bajara del Cielo para pegarle un repaso a más de uno, ha hecho que el Obispo malagueño monte en cólera.
Sigan así, sigan viviendo de espaldas a la sociedad y el mundo; dedíquense a santificar a papas que han encumbrado sectas dentro de la Iglesia y encubierto a pederastas, jueguen con el rollito del polaco populoso, a ver cuanto les dura eso de seguir convenciendo a los convencidos mientras este planeta sigue girando en una órbita que les parece ajena.
De hecho, la Iglesia debería agradecerle mucho a personas como Moreno Brenes que nos recuerden que en la viña del Señor hay de todo, tremendísima que es la viña vamos, y que hay aún personas coherentes subidas a este carro. Claro que en el camino hay que aguantar a mucho reaccionario y mucho hipócrita, que voy a contarles, pero hoy, que ha engordado el santoral y la Tierra sigue girando como cada día, me parece un respiro pararme en una de esas personas que te hacen pensar que algunas causas pueden merecer la pena si se tiene el enfoque adecuado.