El sábado por la noche pude disfrutar de la desternillante interpretación que “El Morera” hace de la historia más recordada en estos días, la llegada de Jesús al mundo.

Me pareció como otra vuelta de tuerca a lo que llevo barruntando estas semanas; y es que no les digo nada nuevo si comento lo paradójico que me resulta eso de que  la familia origen de la cristiandad fuera tan peculiar y a mi entender, poco acorde con lo que Rouco y sus colegas proclaman. Esa pobre niña que tenía que casarse obligada con un anciano por ¿amor?

Fue un golpe de suerte que se apareciera el Arcángel Gabriel, la verdad, aunque claro, casi la somete a la enormísima vergüenza de ser madre soltera en aquellos tiempos. Hay que reconocer que el más Santo de toda la historia, literalmente, fue José, que aceptó  casarse con ella, criar un hijo que no era suyo y encima el niño salió respondón, porque vaya tela Jesusito de mi vida, que cada vez que se terciaba le soltaba que no era su padre, que él era hijo de Dios… Complicado tragarse eso, y encima el buen hombre le da trabajo en la carpintería para que el chaval, a los 30 años, una edad muy pero que muy tardía para ser soltero en aquella época, coja la puerta y se vaya a vivir como un hippie porque esa es otra.

Hoy día Cristo sería detenido en cumplimiento de esa nueva ley de desobediencia civil o como el gobierno quiera eufemizarla. Se pongan como se pongan ateos y creyentes, Jesús fue el primer hippie, el primer comunista, el creador del escrache, un antisocial, un agitador y si me apuran, un perroflauta.  Es curioso y tremendo como se desvirtúan las cosas, como aún cierto sector de la Iglesia impone una doctrina elitista absolutamente desconectada de la realidad social actual, y no me saquen el ejemplo de Cáritas que me enciendo como ya lo hice hace un tiempo

No asumir que Cristo estaba más cerca de la ideología del Ché Guevara que la de Escrivá de Balaguer es un fallo. Negar que el cristianismo es una realidad cultural, folclórica, antropológica y popular es otro fallo bien gordo que se comete hoy día. Gusta mucho atacar a los cofrades diciendo que se quedan en las superficies populosas pero habrá que admitir en algún momento que las altas esferas de la curia no saben manejar la propaganda de la fe  o la espiritualidad, en eso hay otras religiones que nos sacan varios cuerpos de ventaja… No es de extrañar que el Papa Francisco esté removiendo los cimientos de San Pedro diciendo cosas medianamente lógicas o que considere necesario que la Iglesia tenga nuevos Santos, unos que coman hamburguesas y lleven zapatillas y móviles… Ni imaginarme quiero las pintas de Jesús si bajara a la tierra en estos días, vamos, que seguro que no iba vestido como un hijo de Ruíz Mateos ni nada de eso.

Y aquí estamos, en unas fechas con su realidad cultural, folclórica, antropológica y popular, celebrando la creación de una familia algo desestructurada y la llegada al mundo de un hombre que cambió el curso de la historia, aunque sinceramente, no tengo muy claro si el cambio que Él quería era este.

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