Puede que no haya nada más característico del género humano que la condición de hipócrita. La hipocresía es bastante igualitaria, no entiende de sexos, nacionalidad, edad…

La muerte de Mandela ha sido un gran ejemplo del despliegue que puede llegar a hacerse si de hipocresía se trata… Todo el mundo llora la muerte de Madiba, a todo el mundo le apena la desaparición del preso 46664, todos sentimos la inmensa pérdida de un hombre que defendió la libertad, la igualdad, la reconciliación sin olvido… Da igual si Obama obvia que hasta hace pocos años Mandela seguía estando en una de esas listas que en USA les gusta hacer, listas en las que meten a terroristas, comunistas, personas con pensamientos democráticos en sus cabezas, intelectuales o vaya usted a saber…  

Tampoco importa que todos esos fachas estén al borde de la lagrimilla obviando que si a Madiba le hubieran dejado hacer la Transición Española otro gallo nos hubiera cantado, o que era un hombre de una formación manifiestamente declarada como Comunista Soviética… Ese era Mandela, un rojo y un gran hombre, por supuesto…

Ahora a todo el mundo le gusta la poesía victoriana, faltaría más, ¿vamos a dejar de subirnos a un carro como este por no recordar unos versitos? por favor… Es fácil subirse a este tipo de cosas, mucho más complicado es cuestionarse algo realmente serio como el salvajismo de nuestro gobierno con las concertinas en Melilla.  Rajoy,  el hombre empático por excelencia, ese superdotado que nos gobierna sin saber realmente cómo de peligroso puede ser lo de saltar una valla kilométrica llena de afiladas cuchillas, seguro que también se ha mirado el poemilla de marras.

Qué penita que Mariano no tenga la penetración suficiente de conectar conceptos; la legendaria explotación de Europa en África, la marginación en la que esta explotación sumió a determinadas razas, los derechos universales más elementales y básicos…

No pensar  que cada inmigrante que se juega la vida es un Mandela al que las concertinas atraviesan es una de esas cosas que se quedan en el camino cuando la hipocresía entra en juego; cosas que preferimos dejar a un lado porque no son virales, modernas, no se plasman en fotitos pamplineras que pasarse por Facebook o Whatsapp…

Vivir mitificando a un solo Nelson Mandela es mucho más fácil y cómodo que vivir cada día con un pensamiento para los miles de Mandela que no saben de poesía victoriana, que no han podido liderar un cambio político pero que quieren al menos liderar un cambio personal… cambio que miles de cuchillas atraviesan mientras aquí, en el confortable Viejo Continente buscamos cual es la última moda viral a la que podemos sumarnos.

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