Me enfrento al último graderío de este 2012 fatídico y demoledor que al fin nos deja para dar paso a un 2013, que con la triscaidecafobia que yo sufro, así de entrada, me motiva poco.

Las columnas de los últimos tiempos me han dejado una sensación de frustración significativa. Sin pretender conseguir el Publisher desde este humilde rincón, soy exigente conmigo misma por el respeto que siempre impone el hecho de escribir para que el respetable te lea.

Hay dos cosas que no soporto. Redundar sobre temas que ya se han tratado sobradamente y, esto desencadena la segunda cosa que no me gusta, escribir sobre un tema muy manoseado y no poder aportar nada nuevo.

Y, obviamente, tampoco pretendo yo inventar la Coca-Cola desde estas líneas, ni ser la última del desierto, pero últimamente he caído más de lo que me gustaría en ese repetir sin aportar que tan poco me gusta. Tal vez, exorcizando aquí, en la última columna del año todo lo que no me gusta sea capaz de librarme de esa carga y consigo comenzar el año que viene con un poquito más de calidad en mis letras.

También diré que, en mi defensa, la actualidad no está dando mucha tregua, y es complicado no hablar de lo mismo una y otra vez.

El Rey nos ofendió en su discurso del 24 de diciembre obviando estas realidades que tanto nos atosigan. Tal vez el tampoco quería ser redundante, o simplemente creyó que con su pose de profesor que echa la charla apoyado en la mesa nadie se iba a fijar en lo que decía. El presidente Rajoy se rió el viernes pasado doblemente de nosotros, agradeciendo a los españoles su paciencia ante la crisis… Imagino que reza para que sigamos mansos el año que viene y no prendamos fuego a la Moncloa.

El domingo, algunos pretendían defender e imponer su visión de lo que debe ser una familia, obviando como era de ‘anormal’ para su propio concepto, la familia de Jesucristo. Y con todas estas cosas que a veces parecen cíclicas, lidio cada semana, intentando no convertirme en un hamster que siempre gira en su rueda. Así que además de disculparme por mis últimos escritos, le pido al año que entra que me de alguna tregua para que algunas semanas, pese a que la cosa esté bien jodida, yo pueda escribir de Vaca-cola, o gente que roba carreteras o chorradas que al menos me permitan pensar que le estoy contando algo diferente.

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Técnica Superior en Integración Social, Graduada en Trabajo Social, Especialista Universitaria en Mediación, Máster Oficial en Género e Igualdad. Actualmente Doctoranda en CC. Sociales; investigadora...