Este desafortunado mundo nuestro no se acabó, no me ha tocado la lotería y estamos metidos de cabeza en las puñeteras Navidades, vamos, en un balance rápido la cosa no podría estar peor…
En estos días estoy llegando a extrañas conclusiones como que la Navidad es un terrible villancico de Mario Vaquerizo, o que para vivir la Navidad es imprescindible un trenecito cateto de pueblo playero dando vueltas por el centro y de paso, obstaculizando un poco más el fluir de los autobuses, que por cierto, que me aclaren que líneas se han reforzado, porque seguramente como tantas veces, estoy viviendo en la zona equivocada de la ciudad…
La Navidad también es tristemente solidaria, hay que recoger alimentos, que no está mal, pero a la larga sería mejor que se crearan empleos para esas familias, con eso se arregla más que marcándose el tantito de entregar unos cientos de cestas…
La Navidad también es no encontrar discos, y vas atravesando mareas humanas, buscando puertos en los que recalas para oír: “Ni idea” o “Está agotado”.
La Navidad es cenar estupendamente una noche y vivir de sobras una semana, y ojo, benditas sobras, pero acaba siendo paradójico el contraste de derroche y aprovechamiento…
La Navidad es celebrar en invierno el nacimiento de un niño que ocurrió en primavera, sin contar otras tantas incoherencias, que si las piensas todas, lo de quitarle al misterio la mula y el buey es lo de menos…
La Navidad va a ser ignorar el discurso de un monarca que seguramente no tenga nada que ver con la realidad de este reino, obviar los chistes de José Mota, intentar quedarse con lo bueno de un año que tal vez tenga más sombras que luces…
Por todo esto y lo dicho en años anteriores, se deduce que la Navidad no es precisamente lo que más me gusta, pero haciendo un esfuerzo por mimetizarme con el entorno, si quiero desearle a usted que me lee, aún desconozco porqué, a ti, que me lees por amistad, cariño o costumbre, y a todas esas personas que me leyeron alguna vez y decidieron que era mejor no seguirlo haciendo, que paséis unos buenos días rodeados si es posible, de la gente que queréis, pero no lo deseo para el 24, el 25 el 31 y demás, lo deseo para el resto de días que están por llegar.