Nos vendieron Internet como la autopista de la información, desaparecieron las distancias, todo era posible, podías escribir, leer, aprender, nos vendieron que Internet era la libertad, por eso, nunca te fíes de los vendedores de humo.
Mercedes Serrato. Gracias a Internet, puedo mantener, al menos hacer un seguimiento de mi amistad con mi amigo Héctor, que tras estudiar en Hong Kong y EE.UU. anda danzando por América Latina.
Gracias a Internet tengo un correo electrónico, muy útil en casi cualquier ámbito (académico, laboral, de ocio), Internet me posibilita usar programas de mensajería instantánea. La red de redes me ha brindado satisfacer mi gusto por la escritura, teniendo de este modo dos blogs y la columna que ahora mismo escribo.
He visto mil vídeos tontos de los que me he reído, he obtenido información utilísima para muchos trabajos, he obtenido más información aún para cuestiones personales…He intercambiado fotos, he podido expresar mi opinión en foros de debate, he recibido buenas y malas noticias, he realizado trámites administrativos, he conocido gente.
Cosas de la vida, hará más de cinco años que no utilizo ningún programa de intercambio de archivos; no por nada concreto, simplemente tuve una mala experiencia con los virus, y por otro lado, carezco de tiempo para ver las cientos de películas que podría bajarme. De todas formas, es muy probable que vuelva a usarlos, si la ley me lo permite claro.
Resulta que esas ridículas campañas de “Sé legal” tienen continuación, ya que por lo visto no importa el derecho a la copia privada, que hasta ahora era legal si no existía ánimo de lucro. Pero el tema se ha desviado, ya no hablamos de ‘Top Manta’, hemos llegado al punto de que en Europa se ha debatido el derecho a castigar con la privación de la red, y los franceses, que como la historia ha demostrado en muchas ocasiones, son para echarles de comer aparte (para lo bueno y lo malo), han tomado esta decisión. Para mí, lo peor no es que te quiten la red, sino que además te obliguen a seguirla pagando; vamos ya es que encima se ríen de ti en tu cara.
En fin, yo confío, porque aún soy algo ilusa, en la opinión pública, en la presión social, en que se impondrá el raciocinio y no habrá que llegar a extremos como los del país vecino, que en mi opinión han perdido totalmente el norte. Desde luego cuándo hacíamos cintas de cassette de discos para poderlas llevar a todas partes, nadie montaba estos escándalos, pero claro, aquí hemos sabido adaptarnos a las tecnologías para lo que nos ha dado la gana, y sacar tajada de cualquier sitio es una oportunidad que no pueden rechazar muchos.
Desde luego, desde aquí me gustaría mandar un mensaje a ‘Ramoncín’, que seguro que lee mi columna. Lo he visto muy preocupado por este tema, y le hago una llamada a la tranquilidad, servidora, y muchos de sus amigos ni van a comprar sus discos en el top manta y mucho menos se los van a bajar de ningún programa de descargas, puede estar tranquilo.